La capital que inspiró el Metrobus lucha contra el colapso del transporte público y la poca movilidad: qué podría hacer Buenos Aires para evitarlo

Bogotá fue una de las primeras ciudades latinoamericanas en implementar este sistema y afronta un gran problema de movilidad.

En el año 2000, la Alcaldía de Bogotá, a cargo por entonces de Enrique Peñalosa, inauguró un sistema de transporte público casi nunca visto hasta ese momento: Transmilenio. Se trata de buses articulados con una gran capacidad de pasajeros que circulan por carriles exclusivos. La capital colombiana tomó como referencia a la Red Integrada de Transporte de la ciudad brasileña de Curitiba, pionera en su implementación. Sin embargo, a gran escala, Bogotá fue prácticamente la primera capital latinoamericana en ponerlo a funcionar.

Los cambios en la forma de moverse fueron inmediatos y al principio se gestó una revolución. Se había encontrado finalmente una solución al transporte público en una ciudad que padeció durante décadas serios problemas de movilidad. En los primeros años miles de personas se volcaron al sistema y disminuyeron sus tiempos de viaje. A los buses articulados, se les agregaron colectivos “alimentadores”. Se trata de aquellos que llegan a los barrios y zonas alejadas de la ciudad que no están cubiertos por la red de Transmilenio.

Sin embargo, aquel éxito se fue diluyendo con los años. El fin del mandato de Peñalosa -impulsor del sistema-, la falta de inversión en la ampliación y de medios de transporte alternativos de la misma envergadura llevaron al colapso de Transmilenio y aceleraron un deterioro que comenzó a sentirse cada vez más. Según el Consejo Nacional de Política Económica y Social de Colombia, para 2016 tenía que estar completa una red de 388 kilómetros de vías exclusivas. A la fecha hay 114 construidos. Esto explica por qué hoy el sistema está colapsado y el 87% (según una encuesta de una ONG localde sus casi 2.5 millones de usuarios diarios están inconformes con el sistema.

Pese a los problemas que afrontó, este modelo de transporte, conocido como Autobús de Tránsito Rápido (BRT, por sus siglas en inglés), se replicó en más de 90 ciudades. Entre ellas Buenos Aires, que bajo la administración de Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta puso en funcionamiento el Metrobus, básicamente con los mismos colectivos que circulan por la Capital Federal pero en carriles exclusivos a lo largo de varias de las avenidas más importantes.

El sistema viene funcionando con relativo éxito y con los años se convirtió en uno de sus logros de gestión más reconocidos por los porteños. Incluso la red se amplió en varias zonas del GBA, como San Martín o Vicente López. El enfoque en materia de transporte se centró en este sistema. De hecho, se construyeron más de 62 kilómetros de carriles exclusivos para el Metrobus desde 2011 (año de lanzamiento) a la fecha. De acuerdo con cifras oficiales del gobierno de la Ciudad, ya se registran casi 2.3 millones de usuarios por día, una cifra similar a los usuarios de Transmilenio.

Buenos Aires y Bogotá presentan cifras similares. Si bien la primera tiene más o menos tres millones de habitantes (censo 2010), durante un día hábil su población se incrementa exponencialmente debido al ingreso de millones de personas provenientes del Gran Buenos Aires, lo que repercute directamente en el transporte público y en la movilidad en general. La capital colombiana por su parte cuenta con casi 8 millones de habitantes y presenta las mismas demandas. Es que además del colapso de sus buses, en la última década hubo un importante aumento en el parque automotor en la ciudad, producto del crecimiento económico del país. Hoy moverse por Bogotá con relativa fluidez es casi imposible. En la actualidad circulan 2.4 millones vehículos por sus calles, de los cuales el 50% son autos. Según la ONG “Bogotá Cómo Vamos», esto implica un crecimiento del 24% entre 2013 y 2018.

Por eso es que la administración del alcalde Peñalosa (que este año cumple su segundo mandato) llevó adelante una serie de medidas que buscaban justamente paliar estos inconvenientes. Para eso construyó kilómetros de ciclorrutas -similares a las ciclovías y bicisendas porteñas-, restringió la circulación de autos de acuerdo con su número de patente y promovió como nadie en América Latina el uso de la bicicleta. En ese sentido, la pregunta a plantear es qué podría hacer Buenos Aires para no experimentar esos problemas y evitar caer en los graves problemas de movilidad.

Infobae viajó a Bogotá para participar de la XII Semana de la Bici, un tradicional evento en el que la ciudad colombiana pone el eje en la movilidad alternativa y promueve el uso de la bicicleta como medio de transporte más allá de lo recreativo. Allí se tuvo la oportunidad de dialogar con varios funcionarios locales, quienes dieron detalles de algunos de los programas y medidas para hacer que los ciudadanos se puedan mover con más facilidad.

“Para evitar que siga colapsando Transmilenio simplemente hay que ampliar la red”, dijo a este medio Juan Pablo Bocarejo, secretario de Movilidad de Bogotá, quien culpó también a la falta de inversión en el sistema que hubo durante las administraciones de la capital entre la primera de Peñalosa, a comienzos de este siglo, y la segunda, que comenzó en 2016 y culmina ahora en diciembre de este año. “Estamos ampliando el 50 por ciento de las estaciones y ya hay contratos para ampliarlas. Hay muchas maneras de mejorar el sistema, lo que pasa es durante años todo se quedó inmóvil”, señaló el funcionario.

A diferencia de Buenos Aires, Bogotá no cuenta con una red de subterráneos. De hecho a lo largo de la historia fueron muchas las promesas para concretar el proyecto pero siempre terminaron en la nada. Recién este mes se va adjudicar la primera línea a una empresa extranjera. Su recorrido, según adelantaron, será elevado y unirá el sur con el centro de la ciudad. Pese a esto, Bocarejo se mostró crítico de la medida porque cree que una red de subtes no es viable allí debido a su alto costo y ratificó que lo mejor es invertir en el metrobus.

No es lo único que llevan adelante. Bogotá cuenta con un trazado de ciclorutas que ya llegan a los 540 kilómetros y el objetivo es aumentarlo. Ven en este medio de transporte una salida a los problemas de movilidad, además de que ambientalmente es beneficioso y mejora la salud de las personas. Según cifras brindadas por el secretario, de cada dos viajes que se hacen en auto, uno se hace en bicicleta en la capital de Colombia. “Esta cifra no se ve en ningún país de toda América, no solo Latinoamérica. Son cifras de países del norte de Europa”, dijo el alcalde Peñalosa en el discurso que sirvió como apertura de la Semana de la Bici, cuya temática este año fue darle un enfoque de género. Buenos Aires por su parte, cuenta ya con 230 kilómetros de carriles exclusivos para los ciclistas. En Bogotá, por su parte, el objetivo es ampliarlo a 1500.

Los problemas de movilidad allí son serios y las autoridades hacen lo imposible para solucionarlos. Saben que no es fácil pero trabajan con medidas de todo tipo para hacer que la gente deje de usar el auto. Algo similar que se puso en práctica en la capital argentina. De acuerdo con el índice de tráfico de TomTom, el fabricante holandés de sistemas de navegación para automóviles, Bogotá es la segunda ciudad del mundo con más congestión vehicular. Solo la supera Mumbai, en la India. Buenos Aires se ubica en la posición 46 de un ranking que evalúa 403 ciudades del mundo. El top 3 lo completa Lima, capital de Perú.

La administración Peñalosa es consciente y por eso propuso un nuevo Plan de Ordenamiento Territorial (POT) que contemple nuevas reglas a la hora de construir y diseñar la ciudad. Entre los cambios más importantes está eliminar la obligatoriedad para que los nuevos edificios tengan cocheras. Esto, creen, desincentivará que la gente posea un auto. Además, quiere que haya más facilidades para la apertura de comercios en los barrios, lo que hará que la gente tenga más cerca todo lo que necesite y pueda prescindir de usar un vehículo de cuatro ruedas. “Diseñamos una manera de vivir distinta. Queremos ciudades donde la gente no esté encerrada en su casa o en un shopping. Queremos que la gente salga, camine, ande en bicicleta sin riesgo a que lo mate un auto”, indicó el alcalde.

Cuando el alcalde comenzó a promover el uso de la bicicleta en 1998 al ser electo, solo el 0,1% de los bogotanos lo hacía. Hoy esa cifra asciende al 7 por ciento. Esto se traduce en que en ese lugar se completan más de 800.000 viajes en bicicleta por día. Un gran número. “Al principio nos criticaron. Nadie nos creyó, pero lo conseguimos y hay que seguir avanzando en ese sentido”, resaltó Peñalosa, quien adelantó que ya están planificando una autopista y un puente solo para ciclistas. “La bicicleta iguala. Hoy el hombre más rico de Colombia y el más humilde se pueden encontrar en la vía pública en su bicicleta y son iguales«, agregó.

José Andrés Duarte es secretario de Desarrollo Económico de esa ciudad y a diferencia de Bocarejo, destacó a Infobae que la línea del metro elevado que se va a construir va a traer alivio a la red de Transmilenio, aunque dijo que sin una planificación correcta de la ciudad, no hay medio de transporte que supla la demanda. «En las administraciones pasadas se dejó crecer la ciudad sin control. Eso es insostenible. Cuando se expande se empieza a ver que el tiempo en tráfico aumenta”, resaltó.

El funcionario señaló que su sistema de buses “es un modelo que por kilómetro mueve más pasajeros que todos los sistemas de buses en el mundo». En ese sentido añadió: «Si se compara con otros sistemas de transporte, Transmilenio podría ser el quinto sistema de transporte por kilómetro que moviliza más pasajeros en todo el planeta. Es un caso de éxito que tiene retos, ya que durante años no se amplió la red. No se compraron buses. Ahora nosotros compramos 1500 buses. Es probablemente la flota más grande de buses en Latinoamérica. El nuevo POT se firmó por los próximos 12 años, lo que asegura que la próxima administración que va a reemplazar a Peñalosa desde enero de 2019, esté comprometida a cumplirlo.

Entre otras medidas, el gobierno de Bogotá busca la manera de que los taxistas puedan competir con plataformas como Uber o Cabify. Según explicó el alcalde a medios locales, la idea es que los taxis tengan una tablet en la parte de la silla de atrás para que los usuarios puedan usarla y así saber el mejor trayecto, las tarifas y el nombre del conductor.

Buenos Aires cuenta con la ventaja por sobre Bogotá de disponer de otros sistemas alternativos al Metrobús, ya sea el subte, trenes y una creciente red de carriles para los ciclistas. Sin embargo, no está exento de que pueda afrontar desafíos en el futuro y la capital de Colombia podría ser un espejo en el cual mirarse para sortearlos de la mejor manera.

Por eso Duarte aconsejó, al igual que Bocarejo, ampliar la red de carriles exclusivos, de subte y de ciclovías. “Eso mejora la movilidad y evitará el colapso”, sentenció.

 

Fuente:

Transmilenio

Infobae

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