Laura Palomo, la primera chofer de colectivos en Orán

Su historia es el relato del éxito de quien busca libertad, independencia económica e igualdad de oportunidades laborales con sus compañeros varones.

Tiene 35 años, es la única chofer de colectivos urbanos de Orán y trabaja para la empresa Gauchito Gil. Lleva las uñas pintadas, los ojos delineados y las pestañas bien arqueadas con rímel y un impecable uniforme de camisa mangas largas color azul. Pone punto muerto, acomoda el retrovisor y sube a las tres primeras pasajeras de la tarde. Abajo, un pequeño de delantal blanco la mira sorprendido. Acaba de iniciar su ronda de tres vueltas diarias arriba del colectivo 1B de la empresa Gauchito Gil.

Los pasajeros que suben al colectivo se sorprenden, no solo por ver a una mujer sino además por su belleza y delicadeza. Laura se da cuenta, los saluda atentamente y algunos pequeños hasta le piden sacarse fotos con ella.

Es que Laura se convirtió en el mes de octubre de 2016 en la primera mujer en ser incorporada como chofer de colectivos urbanos en Orán. Esta joven, soltera y madre de cinco niños de entre 16 y 7 años, cuenta con una vasta experiencia en el manejo de remises, pero la necesidad de salir adelante junto con sus hijos la llevó a presentarse en la empresa de la familia Tárraga, con la intención de sumarse al staff de choferes.

Inmediatamente contó con el visto bueno del propietario. «Practiqué un fin de semana y el lunes ya tenía a cargo un colectivo», contó entusiasmada.

En diálogo con El Tribuno, Laura recordó: «Tuve que hacer de todo para salir adelante, trabajé en la cosechas en fincas, vendía pan casero en las esquinas, manejé un remise, pero necesitaba algo estable, así fue que me animé y me presenté en la empresa para pedir trabajo».

Palomo es muy conocida en el sector de las empresas de transporte y nadie duda de su idoneidad como chofer; sin embargo dijo que «al principio me sentía nerviosa, pero ahora estoy feliz con lo que hago». Los nervios nunca fueron por dudar de su capacidad, de la que está segura, sino por «la presión que significa ser la primera mujer en incorporarse al circuito de transporte de pasajeros de Orán de manera formal».

«Sé desde cambiar una goma hasta realizar el mantenimiento de rutina de un motor. No tengo problemas en conducir en ningún circuito, pero ser la primera mujer en incorporarse al transporte urbano me pone ansiosa. Es todo un desafío y al mismo tiempo un sueño hecho realidad», resaltó la joven.

Laura cuenta que sus hijos están muy orgullosos del trabajo que ella realiza, porque todos en Orán se preguntan ¿viste la nueva chofer mujer? Y ellos responden: «­Es mi mamá!»

Por otro lado, dice que se siente muy cómoda en la empresa, tanto con los propietarios como con sus compañeros de trabajo, que la tratan con respeto y compañerismo y la apodaron «La Rubia».

Ella remarca que puede asumir este tipo de trabajo gracias a su madre, Cristina Palomo, que la ayuda a diario con su hija y muchas veces sube al colectivo para acercarme algo para comer.

«Soy muy feliz con lo que hago, muchas mujeres piensan que soy como un precedente», dice mientras una pasajera sube en la parada de la feria de frutas y verduras de calle San Martin, paga su boleto y le regala una fruta «para que no le dé hambre hasta la noche».

«Espero que más adelante el hecho de que una mujer maneje un colectivo no sea una novedad sino que ya esté naturalizado para todos», finalizó Laura.

 

Fuente:

El Tribuno

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