Así fue el debut de los carriles exclusivos en la avenida Corrientes

Los dos carriles de la mano izquierda de Avenida Corrientes, que el domingo a la madrugada seguían repletos de peatones que salían de teatros y pizzerías , hoy tenían unos pocos autos particulares circulando rumbo al Obelisco. El cantero central, el sábado por la noche asiento improvisado de transeúntes, esta mañana dividía a los colectivos hacia la derecha y el tránsito común hacia la izquierda. Ambos fluían con llamativa velocidad.

«¡Los colectivos y los taxis vienen en el aire!», señaló Carlos Rodriguez, dueño del puesto de diarios de Corrientes 1598. Como comerciante está conforme con el ensanche de veredas y espera que todo el reordenamiento ayude a recuperar la actividad en la avenida. «Los lunes, martes y miércoles, sin teatro por acá no anda nadie», contó.

Desde hoy, entre Callao y Libertad, la Avenida Corrientes cambia su funcionalidad a lo largo de seis cuadras. Los dos carriles de la mano derecha son de uso exclusivo para el transporte público las 24 horas y los de la izquierda quedan libres para el tránsito liviano hasta las 19 horas, cuando se convierten en peatonales.

Bernardino Báez estaba acomodando la pizarra de La Confitería La Ópera con inusual tranquilidad. «La verdad que hay mucho menos ruido», dijo, mirando hacia la avenida. Cree que la obra mejoró la zona para bien. A Josefina Fernández, vecina del barrio, la sorprendió el poco volumen de autos. «Me llama mucho la atención el poco tráfico», explicó. También se demostró conforme con la peatonalización de la avenida.

Un enorme cartel luminoso en Corrientes y Riobamba advierte a los automovilistas que, desde las 19 horas, la calle se transforma en peatonal. El mensaje es reforzado una cuadra más allá- y en todas las esquinas siguientes- por agentes de tránsito que les indican a los conductores dudosos que pueden avanzar por la mano izquierda. Hay algo de confusión: muchos se detienen brevemente a preguntar.

El transporte publico por la derecha y los particulares por la izquierda.

Quien también contestaba dudas de tránsito era Carolina Lamas, empleada de un bazar sobre Corrientes, a la que le preguntaban si las paradas de colectivos se mantenían igual. Consultada acerca de la obra, la consideró inútil: «Es exactamente lo mismo, pero dividido», apuntó.

«Vamos a ver cómo viene, ¡está bastante pasable!» dijo Claudio Costa, chofer de la línea 146 al ingresar por primera vez en ese tramo diferenciado de la avenida. «La verdad que la construcción fue terrible para el tránsito, pero ahora espero que sea todo progreso para los pasajeros y el servicio público», explicó.

Gustavo Barria descargaba insumos de limpieza en una dársena a la altura de la Universidad del Museo Social Argentino (UMSA). «Para los que manejamos camiones un poco más grandes, la dársena quedó incómoda. Tengo que entrar marcha atrás en un lugar con menos carriles, y me da mucho miedo tocar el vehículo, o a otro auto», explicó. Desde su punto de vista, quitarle carriles a la calle Corrientes no fue una buena idea. «Sacaron mucho espacio, y para mi empeoró el tránsito», explicó.

Cerca de él, tres ciclistas que circulaban por Rodriguez Peña se asombraron con la nueva cara de Corrientes. «Está para salir de laburar a las 7 y venir de after por las pizerías», dijo uno.

Para Pocho, encargado de un edificio sobre la avenida, es notable que el tránsito va mucho más rápido. Y por eso, y debido a que se niveló la calle y desaparecieron los cordones, los padres deberán prestar especial atención con los chicos. «Es un peligro, van a tener que tener más cuidado del habitual. Es lo único malo que le veo a la obra», sostuvo.

Bastante de eso sucedió a la hora señalada. Al caer la tarde, cuando los dos carriles de la izquierda se transformaron en peatonales, poco a poco los transeúntes empezaron a copar el espacio.

«Está muy linda la calle. No sé cómo será de día para la circulación, pero para la noche y la noche de teatro está muy linda», celebró Mirta, una turista uruguaya que recordó que, con su familia, vienen seguido de visita a Buenos Aires.

A Carlos, un porteño que transita habitualmente por Corrientes, le pareció «espectacular». Consideró que es «un avance para la ciudad y para el turismo. En otro contexto sería ideal, pero por lo menos es un consuelo», concluyó el joven.

 

Fuente:

La Nación

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