Lanzan una línea de asistencia para denunciar el acoso en el transporte público

La atienden psicólogas sociales capacitadas para contener a una víctima. También pueden llamar los que fueron testigos de una situación.

La chica se sube al colectivo. Un hombre aprovecha el tumulto de la hora pico. Se acerca, la toca, la apoya. Ella no sabe qué hacer. ¿Gritar? ¿Bajarse a mitad de camino? ¿Denunciarlo? Ante esa situación, la mayoría calla, guarda rencor, siente impotencia. Ni siquiera lo habla con familiares o amigos. ¿Y si la tratan de histérica? Contra eso, desde el gobierno porteño lanzaron la primera línea de reporte y contención a víctimas de acoso en el transporte público.

Consiste en mandar, desde el celular, un mensaje de texto al número 22676 (ACOSO). La línea -que ya entró en vigencia- funciona las 24 horas, todos los días del año, y es gratuita. Se puede usar dentro de la Ciudad y el área metropolitana de Buenos Aires.

Además de las víctimas, puede escribir cualquier persona que sea testigo de una situación de acoso durante un viaje. El «acoso» va desde una mirada, un silbido, un comentario, hasta un arrinconamiento o un roce indeseado. Y se entiende como «viaje» no solo al estar dentro del vehículo, sino también la caminata desde o hacia una parada y el tiempo de espera.

Del otro lado de la línea, atienden psicólogas sociales que fueron especialmente capacitadas por la Dirección General de la Mujer del Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat. El diálogo entre la víctima y la psicóloga será un ida y vuelta -similar a un chat- a través de mensajes de texto.

El equipo de profesionales realizará una evaluación de la situación, para brindar el abordaje correspondiente. Lo primero que le preguntarán a la mujer es si está en peligro. En ese caso, la mujer tendrá que llamar al 911, que es el teléfono que atiende emergencias.

Descartado el riesgo, le harán algunas preguntas. ¿Dónde estás? ¿Qué línea de colectivo/subte/tren? ¿Qué sucedió? ¿Querés que te llamemos? Las psicólogas contienen, tranquilizan, y le pasan a la víctima información para saber cómo actuar.

No es una línea de denuncia. Por eso, no preguntan nada sobre el acosador. Sin embargo, si la mujer lo cree necesario, le explican dónde puede denunciar: en el Poder Público Fiscal (por teléfono al 0800-33-FISCAL o en la web Fiscalias.gob.ar) o en la comisaría más cercana.

Imaginemos que una mujer está parada en una terminal, pasa un hombre en moto y le grita una obscenidad. En ese caso, quizás ella no necesite una contención especial. Pero igual podrá mandar un mensaje a modo de reporte, para dejar una constancia de la situación. Esa información ayudará a darle visibilidad al tema y a promover políticas públicas con perspectiva de género.

«Esta línea nos permite generar reportes y establecer un diagnóstico certero sobre la gravedad de la problemática. Sirve como información para construir indicadores de dónde hay más acoso: en qué línea, en qué horario», contó el Secretario de Transporte porteño, Juan José Méndez, en un encuentro de prensa donde participó Clarín.

En la reunión se compartieron cifras que dimensionan el problema. Según el estudio «Ella se mueve segura» de AMBA y datos del Observatorio Ni una menos, de 2016, el 100% de las mujeres sufrió acoso callejero al menos una vez en su vida. El 70% recibió comentarios sobre su apariencia, al 37% un hombre le mostró sus partes íntimas y el 29% fue tocada con intensiones sexuales. 

Respecto al acoso en el transporte público, los mismos informes arrojan que el 54% de las mujeres fue acosada verbalmente esperando en la parada o estación. El 34% fue manoseada dentro de un colectivo. Y el 23% sufrió situaciones de acoso dentro de un tren.

Esto hace que las mujeres adopten diferentes estrategias para moverse en el espacio público, como cambiar de ruta por ser poco transitada u oscura, modificar el horario de viaje o su vestimenta. 

“Esta nueva línea impacta en la consecución de una mayor autonomía física de las mujeres, para que todas podamos transitar el espacio público de manera libre y segura, sin condicionamientos de ningún tipo”, dijo Guadalupe Tagliaferri, Ministra de Desarrollo Humano y Hábitat porteño.

La campaña busca cristalizar que la situación de acoso en el transporte es una realidad y no una reacción exagerada de las mujeres. De ahí su mensaje -«Ni loca, ni perseguida, ni histérica. El acoso existe»- que se leerá en carteles ubicados en los colectivos, trenes y subtes de la Ciudad.

La acción está destinada a las mujeres, que son más usuarias de los medios de transporte (6 viajes por día) que los hombres (2 viajes por día) porque, además del trabajo, ellas cumplen tareas domésticas como llevar a los hijos al colegio o hacer las compras. Encima, usan menos el auto: en el 80% de los hogares lo maneja el hombre.

Los vagones rosas

La instalación de vagones «rosas», exclusivos para mujeres, fueron implementados en varios países como una medida contra los abusadores en los medios de transporte.

En Tokio, Japón, comenzaron a circular en 2005. Nueve compañías privadas de trenes y una línea pública de subte habilitaron para las horas pico de la mañana vagones exclusivos para ellas. La medida ya había sido adoptada años atrás en otras regiones del país. Algunos trenes lo aplican en las horas de más tránsito, mientras que otros lo hacen durante todo el día.

En Brasil, se implementó en el subte de San Pablo entre 1995 y 1997, pero la medida fue anulada tras recibir varias quejas por parte de parejas. En 2006, se aplicó en Río de Janeiro y sigue funcionando en la actualidad. De los seis coches que tiene el subte, uno es exclusivo para las mujeres.
En 2008, México DF implantó el programa Viajemos Seguras, que establecía la separación en varios vehículos del transporte público. Una década después, en marzo de este año, implementaron el vagón rosa en el subte de Monterrey. El plan piloto tuvo un periodo de prueba de cuatro meses. Aunque el principal objetivo era evitar el acoso a las mujeres, también los pudieron usar los niños, personas de tercera edad y discapacitados.

Otros países que tuvieron o tienen coches exclusivos para mujeres son India, Dubai, Tailandia, Indonesia, Taiwan, Egipto, Israel, Egipto, Malasia y Colombia. Según una encuesta realizada por Thomson Reuters Foundation en 2014, en más de 15 ciudades del mundo, el 70% por ciento de las mujeres dijeron sentirse más seguras viajando separadas de los hombres.

En nuestro país hubo varios proyectos en este sentido. En 2010, el legislador porteño Gerardo Ingaramo (PRO) proyectó que el subte H –que en ese momento no estaba terminado– tuviera un sector femenino para evitar situaciones de acoso.

En 2016, la diputada Graciela Ocaña presentó una iniciativa para crear vagones femeninos en todas las líneas de subtes de la Ciudad, para las horas pico. «Considero que se trata de una medida que no resuelve por sí sola la situación de fondo, pero creo que resulta necesaria en lo inmediato, para frenar la cantidad de casos que existen hoy en día», sostuvo la legisladora.

El proyecto de Ocaña generó un intenso debate y hubo fuertes voces en contra. La mayoría de las críticas fueron de mujeres, que consideran a la idea como un retroceso. Finalmente, no prosperó.

 

Fuente:

Clarín

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