La 620 tarda el doble en pasar porque 50 choferes pidieron licencia médica

Son por tratamientos psiquiátricos tras el crimen del colectivero Alcaraz en Virrey del Pino. Los conductores siguen con miedo y dicen que ya no ven patrulleros haciendo controles.

La preocupación de los choferes de línea 620 por la inseguridad se ve reflejada en el servicio: el servicio tiene demoras de hasta una hora.

Según informó el delegado Antonio Petkovsek, “el miedo llevó a que 50 conductores de los 400 pidan licencia médica debido a que necesitan tratamientos psiquiátricos por ataques de pánico y el sentimiento de angustia con el que viven día a día”.

Tras el crimen de Leandro Alcaraz, el chofer de la 620 que asesinaron el 15 de abril en Virrey del Pino y por el que hay tres detenidos, sus compañeros siguen denunciando ataques y robos.

Los choferes aseguran que los puntos más peligrosos se encuentran sobre el kilómetro 39 de Virrey del Pino; en Villa Dorrego y Barrio Independencia, González Catán; y Villa Scasso, La Tablada. La línea recorre La Matanza, desde Barrio Esperanza, en Virrey del Pino, hasta la Avenida Rivadavia, Ramos Mejía.

Los pasajeros aseguran que el tiempo de llegada de las unidades a las paradas es de 30 a 60 minutos, cuando antes era de 20, pero que están al tanto de la razón.

“Llevo casi 10 años viajando en la 620 para ir a trabajar. Arriba del colectivo se ven muchas cosas y tu vida está en peligro constantemente. No puede ser que en un segundo le quiten la vida a una persona. Yo haría lo mismo si fuera chofer”, dice Rafaela Estevanez, a quien le han robado su teléfono varias veces mientras viajaba en la línea.

“Ahora salgo con más tiempo, pero acompañamos a los choferes en la búsqueda de garantizar la seguridad”, cuenta Horacio Cavallini, otro pasajero.

Ante la situación, los conductores y los usuarios coinciden en la ausencia de patrullaje policial. “Realizaron los controles un par de días luego del asesinato de nuestro compañero Leandro, pero el peligro sigue estando y nadie nos da las herramientas para poder trabajar tranquilos”, cuenta Ignacio Meza, chofer de la 620, al que le cortaron un dedo de la mano hace dos años, por lo que tuvo que pedirse licencia médica y hacer tratamiento durante 10 meses.

El incansable reclamo de los colectiveros y pasajeros no tiene fin. “Va más allá de instalar cámaras o botones antipánico. Si no hay presencia de fuerzas federales en los barrios cada vez va a ser más inseguro”, dice otro chofer. “El cansancio mental y la sensación de que en cualquier momento te van a asaltar no te deja en paz. Yo ya no quiero seguir así”, agrega.

A partir de los robos y la violencia diaria, los delegados de la empresa se reunirán con el jefe de la Comisaría 16 de Virrey del Pino para pedir más seguridad.

El reclamo también se hizo escuchar el sábado 5 de mayo en las puertas de la Jefatura Departamental de La Matanza, en la intersección de la Ruta 4 y Autopista Ricchieri, donde volvieron a marchar por el crimen de Alcaraz, a lo que se agregó el reclamo por la toma de la comisaría de San Justo. “Marchamos para pedir un cambio en las medidas de seguridad. Esto viene desde hace años y los reclamos son derechos”, dice una pasajera.

 

Fuente:

Clarín

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