La estación Dellepiane está ubicada en el sur de la Ciudad. Los transportistas no quieren ir porque dicen que les aumentan los costos. Los dueños y la UTA apuntan al Gobierno.
La terminal de micros Dellepiane se terminó de construir en diciembre de 2016 pero aún no se sabe cuando comenzará a funcionar. Está ubicada en el sur de la Ciudad con el objetivo de descomprimir el tráfico de Retiro y costó cerca de US$ 30 millones.
Con techos y paredes vidriadas que permiten el ingreso de la luz del sol, la terminal posee 48 dársenas para las operaciones, más un sector con paradas para 15 líneas de colectivos y 400 lugares para estacionar. Tiene una zona exclusivo para los micros que arriban y otro para los que parten. En todo el primer piso hay boleterías, oficinas y locales comerciales.
Desde su inauguración en marzo de 2017, en la que participaron autoridades del Gobierno porteño, el edificio está casi casi vacío. Las empresas de micros de larga distancia afirman que por problemas de operatividad y de costos, el lugar no les sirve.
Entre los problemas que señalan las empresas de ómnibus es que a la estación no llegan el tren ni el subte: «No hay demanda, no hay pasajeros, es difícil de acceder y además nos costaría mucho dinero, por el pago de los peajes de la Autopistas 25 de Mayo. No es viable para nosotros y además nunca fuimos consultados.
Los empresarios a cargo de la Terminal y la Unión Tranviarios Automotor (UTA) coincidieron en que el gobierno debe solucionar el conflicto, haciendo cumplir la normativa que sirvió de base para la creación de la nueva terminal.
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