Un estacionamiento de motos, dos contenedores, dos casillas para obreros y hasta un baño químico ocupan el espacio que debía ser exclusivo.
A poco más de 72 horas de su implementación, los carriles exclusivos para el transporte público y vehículos de emergencia parecen no haber generado ningún cambio en el caótico tránsito del centro bahiense.
La línea blanca, hasta aquí, pasó prácticamente inadvertida para los conductores e incluso para el mismo Municipio. Para graficar alcanza con un ejemplo: dentro del carril que pasa por la puerta de “La Nueva.”, en la primera cuadra de Rodríguez, permanece un espacio para el estacionamiento de motos, mientras que a unos 30 metros, sobre una obra en construcción, un contenedor interrumpe la exclusividad.
El desinterés también se percibe en el carril delimitado en Mitre-Soler, desde Rodríguez hasta Belgrano. Además de dos casillas pertenecientes a ABSA, un baño químico, un contenedor lleno de piedras y varios parquímetros en las veredas, se pueden ver autos estacionados todo el día.
“En esta cuadra pasa una sola línea de colectivo. Lo hicieron para sacarnos el estacionamiento a mano derecha”, se quejó un comerciante de Mitre.
En el carril delimitado en Brown, entre avenida Colón y Donado, y Vieytes entre Colón y Rondeau, se nota un poco más de orden. El ancho de la calle, sumado a que la transitan varias líneas, facilitan el buen uso.
De todos modos al llegar a Vieytes y Rondeau, un parquímetro en funcionamiento es motivo suficiente para permitir el estacionamiento de vehículos particulares.
Los carriles aparecieron de manera sorpresiva. Un grupo de obreros municipales comenzó a pintar, a mediados del mes pasado, las líneas blancas a 2,50 metros del cordón en varias calles céntricas y de esa manera se conoció el proyecto para dividir el tránsito.
De 7 a 21, esos carriles establecidos en unas 30 cuadras del microcentro estarán prohibidos a los vehículos particulares, quedando habilitados también para ambulancias, patrulleros y bomberos, en situación de emergencia.
Además podrán utilizarlo los particulares que transporten personas con necesidades especiales o deban acceder a cocheras. La comuna indicó que no habrá multas durante esta primera etapa para quienes infrinjan la norma, ya que se trata de una instancia de concientización. En las próximas semanas sí comenzarán a infraccionar.
El primer proyecto de carriles preferenciales fue presentado hace una década desde la Unión Tranviarios Automotores (UTA), con la intención de mejorar el funcionamiento del transporte público en el microcentro.
Ricardo Pera, dirigente de la UTA y actual concejal, es autor de la ordenanza.
«La experiencia internacional coincide en priorizar la circulación de los medios de transporte masivos en los lugares donde la movilidad se dificulta», dice la norma.
Para Pera los carriles conforman una herramienta para «mejorar la calidad del transporte urbano» al garantizar la regularidad y la velocidad del servicio. «Es una oportunidad para hacerlo competitivo frente al coche particular», agregó.
Detalló que las complicaciones se generan no solo los días de semana sino también sábados y domingo, debido a particulares que «pasean» a baja velocidad y complican la marcha de los micros.
«Es importante pasar por el centro con la mayor agilidad posible, sin afectar la frecuencia. El chofer no se debe sentir obligado a ir más ligero para recuperar el tiempo: desde el gremio insistimos que un ómnibus nunca debe superar los 40 km/h», señaló.
Frapiccini reconoció que desde el municipio siempre se considera la posibilidad de modificar el recorrido de los ómnibus, de modo de evitar que pasen por el microcentro.
No obstante, explicó que no todos coinciden en que esa sea una decisión acertada. «Las opiniones están divididas y muchos sugieren que lo que hay que sacar son los vehículos particulares, alentando el uso del transporte público», detalló.
La normativa local, indicó, no está copiada de la vigente en otras ciudades que ya cuentan con carriles exclusivos. De todos modos es interesante analizar los resultados experimentados en ciudades como Rosario y Córdoba, donde se verificó una mejora del 30% en el tiempo de recorrido (se pasó de una frecuencia promedio de 15 minutos a 11) y una reducción del 40% en la cantidad de accidentes.
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