El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable confirmó que, junto a la denuncia por posibles irregularidades, dejó sin efecto la licitación.
El ministro de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Sergio Bergman, anunció hoy la anulación de la compra de 50 colectivos eléctricos, ante la sospecha de posibles hechos de corrupción en el diseño de la licitaciòn. Se trata de un programa, que incluía en total la adquisición de 400 vehículos para ser utilizados en todo el país y que había generado críticas y resistencias de sectores internos del gobierno.
Bergman aseguró que «la licitación la condujo la cartera de Ambiente y fuimos nosotros quienes planteamos la necesidad de dejarla sin efecto ante un proceso judicial abierto y señaló que «un tema noble como el del transporte sustentable que beneficia a los argentinos, a nuestro medio ambiente y nos inserta en la agenda internacional, merece claridad y absoluta transparencia«.
Bergman le ganó el primer round a Dietrich de la pelea por los colectivos eléctricos
En tal sentido, fuentes del ministerio resaltaron que el ministro Bergman fue quien denunció a un funcionario de su propia cartera ante irregularidades detectadas en el proceso licitatorio, hecho que está siendo investigado por la Justicia.
«Es una iniciativa que está en el marco del gabinete nacional de cambio climático. El oferente tiene que importar los colectivos e instalar una planta local para continuar la fabricación. Las baterías se cargarán en las terminales. La idea es utilizarlos en distintas ciudades como prueba piloto. Queremos ser federales», había explicado a Clarín el año pasado, apenas empezaron a surgir recelos por el anuncio.
Además, aclaró que con la adquisición de los vehículos eléctricos, no tenían previsto «cambiar la matriz energética ni la del transporte, pero estamos inoculando un virus. Mi tarea es hacer lío, como dice mi maestro Bergoglio. Yo tengo que romper el paradigma porque hasta que en el cronograma lógico de producción de Energía y de Transporte se incorpore este proyecto, nos vamos a ir».
«Sé que hay ebullición, pero estoy haciendo mi trabajo. En dos años pondremos 400 buses. Al principio, eléctricos y luego estudiaremos otros modos de propulsión. Convocaremos a científicos y universidades para evaluar los niveles de emisión», había manifestado.
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