La empresa inmobiliaria Properati creó una interesante visualización que muestra el flujo de buses y trenes en la capital mexicana, así como también en Sao Paulo y Santiago de Chile.
Aunque el uso del automóvil en Latinoamérica continúa aumentando, el transporte público sigue siendo una parte crucial de la vida urbana en la región. Especialmente en las grandes áreas metropolitanas, todos los días, millones de personas realizan sus viajes diarios en transporte público. Un reporte del Banco Interamericano de Desarrollo encontró que un 80% de la gente en ciudades latinoamericanas viajan mediante estos medios al menos un día por mes.
Los siguientes mapas, creados por la compañía inmobiliaria Properati, muestran lo mucho que los ciudadanos latinoamericanos recorren sus ciudades en autobús, tren, tren ligero y metro. En ellos puedes ver la diversidad de opciones que existen en tres ciudades (Ciudad de México, Santiago y Sao Paulo), captadas en una animación del flujo de transporte público a cada hora del día. “[La visualización] te da una vista ‘macro’ de la ciudad, algo que va más allá de lo que experimenta la gente cuando viajan por ella”, dice Martín Sarsale, fundador de Properati.
El mapa de México DF muestra una ciudad equilibrada, con mucho autobús, metro y tren ligero funcionando por todo el día. Pero, como casi todas las ciudades de la región, el sistema sigue siendo dominada por el autobús. De acuerdo al Banco Interamericano de Desarrollo un 75% de los residentes de la capital dicen utilizar el autobús al menos una vez al mes, aunque sólo un 40% califica esta experiencia como positiva.
En México, los buses continúan siendo operados por compañías o individuos privados y no por la ciudad, resultando en rutas tremendamente diversas, pero también en un servicio problemático, especialmente por la presencia de autobuses viejos, peligrosos y saturados. Estos autobuses informales (llamado microbuses o simplemente el ‘micro’ en la ciudad) son la parte ‘informal’ del sistema mexicano, estratificada encima del sistema formal de la ciudad que opera los metros y trenes ligeros. Los boletos para transporte público en la ciudad son de los más baratos en la región, pero muchas veces la gente tiene que transferirse dos o tres veces, resultando en precios más altos de que aparecen, dijo anteriormente a CityLab Onesimo Flores, experto en transporte público en el Centro de Urbanismo Avanzado del MIT.
Santiago de Chile representa una ciudad aún más dominada por el autobús. En 2007, el sistema fue totalmente reinventado en un proceso caótico, pero que trajo algunas mejoras a la ciudadanía. El sistema de autobuses, que antes era desordenado y no se vinculaba bien al metro, ganó en orden y limpieza. Pero aún hay muchas quejas, especialmente acerca de la frecuencia reducida de los autobuses y su saturado metro.
Las opiniones de los expertos están un poco divididas. “Si le preguntas a cualquier chileno sobre el sistema Transantiago, lo odian. Pero aunque sí tienes un sistema menos eficiente del punto de vista de un individuo, al mismo tiempo la congestión y la contaminación han bajado en la ciudad”, dice Flores.
La tercera ciudad analizada por Properati es la megalópolis más grande del continente: Sao Paulo. Con sus más de 20 millones de habitantes a nivel metropolitano, se trata de una ciudad afectada por la expansión urbana. El sistema de transporte público, como se puede ver arriba, se expande sobre un área enorme, y también está dominado por el autobús. La ciudad es conocida por su terrible congestión, y los autobuses viajan por las mismas vías que los otros automóviles. Viajar al trabajo en otra parte de la ciudad puede llevar dos horas en cada dirección, e incluso algunas veces más. Los viernes, el “engarrafamento”, como le llaman en portugués, se puede extender unos 180 kilómetros o más.
Es una cultura dominada por el auto. Pero aún así mucha gente depende del transporte público. En 2013, miles y miles de personas llevaron a la calle para protestar un aumento a la tarifa para los autobuses. La ciudad también está tratando de expandir las líneas de metro para aliviar los problemas con congestión y crear un sistema de transporte público que parece ser más conveniente y barato que manejar. También están considerando la privatización de 60% de las líneas de metro.
De acuerdo a un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo, el tiempo promedio de viaje entre el hogar y el trabajo o el lugar de estudios en Sao Paulo es de 96.3 minutos. En Ciudad de México, la situación es aún peor: el promedio es de 98.8 minutos. Y aunque en Properati hicieron estas visualizaciones pensando en los usuarios, estas también pueden ser útiles para líderes y políticos que busquen disminuir la longitud de estos viajes, y así mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos.
“Aquí puedes ver qué barrios o zonas están mal servidas, por ejemplo, cuáles tienen un problema de transporte, y cuáles son las zonas más acomodadas”, dice Bruno Salerno, un geógrafo y programador de Properati.
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