Uno de los inventos de los cuales todos utilizamos y muchos damos por sentado sobre su origen y evolución ha sido el autobús. El transporte ha sido un elemento vital para la fuerza laboral, para la activación de la economía, para la movilidad y la unión de las personas. Su origen se remonta a la ciudad francesa de Nantes en 1826, en donde Stanislav Braudy, quien era un propietario de baños públicos tuvo la idea de facilitar el acceso de los clientes a sus instalaciones, las cuales quedaban muy lejos del centro de la ciudad. De este modo y bajo autorización municipal, desarrolló un servicio de transporte que conectaba la región central del municipio con el lugar donde se encontraba sus instalaciones.
Nacen las compañías de transporte público como autobuses
En 1828 se funda en París la primera compañía de autobuses y fue el mismo Braudy quien dejó su negocio de baños públicos para dedicarse al transporte público y fundó la compañía Enterprise Générale des Omnibus. Un año más tarde en 1829 se crea en Londres el primer servicio de transporte público, así como también en Nueva York. Cabe destacar que los primeros autobuses eran desempeñados por carrozas, los cuales eran movilizados por caballos, el primer autobús motorizado fue desarrollado décadas más tarde, en 1895 por el alemán Karl Benz.
La primera línea de autobuses motorizados se inaguró en Francia el 11 de junio del año 1906 y recorría una distancia de 5,8 Km. Con el pasar del tiempo surgió la necesidad del transporte de larga distancia, sin embargo, las líneas de larga distancia tuvieron que lidiar con una serie de inconvenientes.
Había la necesidad de una red de estaciones de servicio que aún no se habían instalado y las que existían no contaban con stocks suficiente de combustible, cuando llovía los caminos se anegaban y los vehículos se atascaban en el fango, por lo que había que recurrir a los caballos para poder liberarlos. Además de esto, aquellos primeros vehículos no eran para nada cómodos ya que por ser de tres metros de altura y su centro de gravedad elevado exigía mucha habilidad por parte del conductor.
La carrocería del primer autobús de Benz era un ‘Landauer’, el cual fue llamado así por analogía con un popular carruaje de la época, estaba equipado con un motor monocilíndrico de cuatro tiempos en la parte trasera, que accionaba las ruedas por medio de una cadena. Pasan los años y llegamos a los veinte y Benz mejora el aspecto externo, así deja de parecer unos vehículos de carga por algo más estilizado, aparecen las primeras versiones del transporte: autobuses urbanos, interurbanos, con y sin plataforma para llevar pasajeros de pie, con y sin portaequipajes sobre el techo, de doble piso para llevar pasajeros en ambos habitáculos, todos motorizados a gasolina.
Algo interesante es el nombre que se le dio al autobús aquel entonces: el Omnibus. Este se debe a una sombrería ubicada en la última parada del autobús, la cual se llamaba Omnes. Este nombre lo juntaron con una derivación de un término latín y resultó ser Omnibus que significaba: todo para todos. A medida que el autobús se fue desarrollando en otras regiones del planeta se le fue asignado diversos nombres como: el bus, el colectivo, la guagua y así por el estilo. El más común es el nombre: Bus, que se refiere al transporte colectivo de personas por las vías urbanas.
Se incorpora el motor diésel
En 1900, los hermanos Mack construyen su primer vehículo que resultó ser muy exitoso, tenía capacidad para 20 pasajeros y contaba con 40 CV. Durante sus primeros 60 años, la compañía Mack se dedicó principalmente a la fabricación de autobuses y muy poco a la de los camiones. El primer Mack que utilizó un motor de 6 cilindros fue el modelo AL que se fabricó entre 1926 y 1929 y venía con la novedad en sus sistemas de frenos traseros que eran de aire. El motor diésel se incorpora en los autobuses a partir de 1938 y fue Mack la pionera en hacerlo.
Después de la Segunda Guerra Mundial, se produce un cambio en las ciudades, el autobús se impone ante el tranvía en la mayor parte de las ciudades de Francia, España, Gran Bretaña y Norte América. En la primavera de 1951 Mercedes Benz presenta una innovación que no ha perdido vigencia y se mantiene hasta hoy: El modelo O6600H fue el primero que combinó el motor ubicado en la parte trasera con una carrocería avanzada. De este modo se aprovechó mejor el espacio interior, además, al encontrarse el motor en la parte trasera se eliminó la fuente de ruidos para el conductor, quien a partir de entonces gozaría de una mejor calidad de vida en su manejo y se concentraría mejor en la conducción del vehículo.
En la actualidad, el autobús sigue siendo usado como un transporte público y privado, tanto en rutas urbanas como interurbanas y para viajes largos. Hay muchos que hasta recorren más de un país en una trayectoria internacional. A esos autobuses se les conoce en muchas regiones como los Autopullman.
La capacidad de estos vehículos va desde 10 a 120 personas, y los hay también entre 160 y 240 pasajeros, dependiendo del tipo de trayecto. Otra cosa que también merece mención es que no solo los hay con motores diésel, los cuales fueron durante décadas las unidades de potencia preferidas por las compañías fabricantes, sino que empezaron a aparecer con motores a gas natural que es menor contaminante y con electricidad que interactúa muy bien con el ambiente al no arrojar contaminantes al aire. Uno de ellos es el reciente TEB (Transit Explore Bus) de China, un autobús gigantesco eléctrico que circula por encima del tráfico urbano y promete traer solución a los atascos y la contaminación ambiental en el país asiático.
Sin lugar a dudas, el autobús ha sido desde el siglo pasado, el medio de transporte económico que vino a solucionar el problema de traslado ante aquellas personas que no tenían la capacidad para adquirir un vehículo, y hoy sigue siendo uno de los medios de transporte más importantes para nuestra sociedad contemporánea. ¡No nos imaginamos un mundo sin ellos!
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