A un año de una repetina transformación de la red de autobuses urbanos, esta medida parece estar funcionando.
En Houston, la transformación repentina de la red de autobús de agosto de 2015 fue un sueño en términos de planificación del transporte. El viejo sistema de “centro-periferia”, que por décadas movilizó a los pasajeros del centro de la ciudad, fue reconvertido en una red que atraviesa una ciudad en expansión, reduce las redundancias, y presta un servicio más frecuente, el cual está disponible, sobre todo en las líneas más usadas, todo el día y durante toda la semana. Como lo muestran los mapas originales de “antes y después”, casi todas las rutas cambiaron, priorizando la cantidad de pasajeros antes que el área de servicio en sí.
Pero no todo el mundo luce entusiasmado. La nueva red depende más de hacer transbordos y conexiones, lo cual puede trasladar personas más rápidamente pero no es tan atractivo como una sola línea de pasajeros. Aunque la mayor parte de los pasajeros no vio cambios esenciales en sus rutas, algunos barrios sufrieron cortes en los servicios. En respuesta, el Metro hizo unas ligeras modificaciones y replanteó un par de rutas, tras escuchar comentarios de la comunidad.
Hoy, un año después, la gran reforma del sistema de autobuses está en camino del éxito que esperó conseguir. Leah Binkovitz, del Instituto Kinder para la Investigación Urbana reporta que la agencia Metro vio un aumento de los pasajeros de sus autobuses locales y sus sistemas de trenes ligeros, con cerca de 4.5 millones de abordajes entre septiembre de 2015 y julio de 2016. Esto es un incremento de un 6.8%.
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Según Binkovitz, el índice de pasajeros de autobús tuvo un incremento más lento en dicho período, con solo un 1.2%, al tiempo que la Línea Roja de trenes ligeros creció un 16.6%. Pero que varias rutas de autobús de gran volumen no cambiaran radicalmente para muchos pasajeros no es algo que sorprenda, de acuerdo con Kyle Shelton, administrador del programa en el Instituto Kinder para la Investigación Urbana. Como dijo Shelton en una declaración, buses y trenes “son por igual beneficiosos y mejorar el nivel de servicio de ambos hará crecer con toda seguridad el número de pasajeros”. Un incremento del abordaje en tren contribuye también al énfasis puesto en la conectividad de sistema de la nueva red de autobuses.
Y puesto que algunos pasajeros inconformes podrían haber optado por sus autos después del cambio –de hecho, el número de pasajeros de autobús entre semana ha caído en un 1%-, el impacto de la nueva red en el índice general de pasajeros de autonbuses es prometedor.
Arriba: Gráfico que muestra desglosado por meses el número de pasajeros en los años 2015 y 2016.
Más impresionante aún fue el total de abordajes durante el fin de semana. “Desde junio de 2015 hasta junio de 2016 –Metro ha hecho públicos datos más detallados sobre el número de pasajeros–, los autobuses locales vieron un aumento de un 13% de la cantidad de pasajeros movida los sábados, y de un 34%, los domingos, según METRO, con números igualmente reveladores en el caso de los trenes”, escribe Binkovitz. Esto podría querer decir que estudiantes y trabajadores, yendo a sus trabajos los fines de semana, están haciendo mayor uso del sistema, lo que era uno de los propósitos de Metro.
Esta misma agencia espera lograr un aumento de un 20% de la cantidad de pasajeros dentro de 2 años, como parte de la transformación de la red de autobuses. Estas cifras que sugieren que Metro va por buen camino, y que aún falta por hacer. Los funcionarios han comenzado a pensar en cómo dotar a la nueva red de rutas más especializadas y de un transporte por autobús expreso o de pistas dedicadas. Ciudades como Los Ángeles, que están buscando imitar la transformación de Houston, también deberían animarse: diseñar proyectos para pasajeros es algo que bien puede funcionar.
Fuente:
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en CityLab.com.