Excesos de velocidad y de peso bruto en la traza central.
La ampliación reciente de la Avda. Gral.Paz incluyó la demolición de los primitivos puentes en arco y su sustitución por otros de acero, de despeje más alto y recto. También se hicieron acertadamente nuevos distribuidores, entre los que se destaca el que empalma con la Panamericana, que antes era un caos.
Los ómnibus de larga distancia de doble piso, que a pesar de su porte, tienen permitido circular por la traza central de la Gral. Paz debían ir por el carril izquierdo para no golpear el techo contra dichos puentes, que terminaban en un arco hacia el carril derecho.
Aunque los puentes han sido modificados los conductores de dichos ómnibus siguen yendo en su mayoría por la izquierda y no precisamente a baja velocidad. Son pocos, en realidad, los choferes que circulan por el carril derecho, por el que deben moverse estos vehículos pesados, y que no superan los 60 km/h de velocidad máxima que les fija el Código de Tránsito y Transporte de la Ciudad de Buenos Aires.
Otra cosa que está bastante fuera de control es la circulación de camiones livianos (que ya no lo son tanto). El citado código es claro: «Sólo se permite la circulación de vehículos de transporte de carga de hasta 2500 kilos de peso bruto y cuatro ruedas en los carriles centrales de la Av. Gral. Paz, los que deberán hacerlo exclusivamente por el carril derecho externo y a una velocidad máxima de 60 km/h. Se exceptúan a los vehículos de emergencia y los afectados al mantenimiento de la misma, los que deberán estar debidamente identificados».
Una vez más, las leyes existen; lo que falta es que se las cumpla y se las haga cumplir. Para eso, hace falta un control más efectivo y justo.
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