Construyen un nodo para que los pasajeros eviten cruzar calles al hacer transbordo; ya se ve la cúpula de vidrio; más adelante conectará con el tren Roca.
Más de un millón de personas pasan por allí diariamente, ya sea para subir a un colectivo, tomar un tren o hacer un viaje en subte. La estación de Constitución es la zona de confluencia de viajantes más importante del sur de la ciudad y, por ello, el gobierno porteño inició en diciembre de 2014 la obra de un centro de transbordo para agilizar y proteger el tráfico de pasajeros. Las tareas avanzan contra reloj con el objetivo de poder inaugurarlas en octubre próximo.
En ese rincón porteño convergen las terminales de las líneas Roca de tren y C de subte, más la estación Garay del Metrobus Sur. En una primera etapa de obras, el gobierno porteño había puesto en valor la plaza Constitución: mejoró el espacio verde, la iluminación y las medidas de seguridad.
Ahora avanza con la segunda etapa del proyecto, con epicentro en la plazoleta delimitada por Brasil, Garay, Lima Oeste y Lima Este, frente al histórico edificio de la terminal. En su explanada, ya emerge una cubierta de vidrio de 2000 metros cuadrados que dotará de transparencia e iluminación a un gran hall. Allí funcionarán tres escaleras mecánicas y un ascensor vidriado por los que se podrá descender a un nivel de 4,60 metros de profundidad para, desde allí, acceder al Metrobus Sur y la línea C de subtes. Así, se evitará que los pasajeros de uno y otro medio de transporte crucen calles durante el transbordo.
La inauguración, originalmente prevista para 2015, fue reprogramada para octubre. Más adelante, según fuentes del Ministerio de Ambiente y Espacio Público, a cargo de la obra, también tendrá conexiones con la estación del ferrocarril Roca.
En tanto, la empresa Subterráneos de Buenos Aires (Sbase) encaró el refuerzo de ocho columnas para soportar la nueva estructura de vidrio, junto con el ensanche de los andenes laterales del subte, que pasarán de cuatro a ocho metros.
A nivel de la superficie se sumará un nuevo acceso a la línea C, que también contará con un sector de boleterías. De esta manera se busca agilizar el flujo de pasajeros que se movilizan desde el Metrobus, ya que el traspaso de un medio de transporte a otro podrá realizarse bajo tierra, sin necesidad de cruzar la calle a pie, lo que contribuirá a la seguridad peatonal.
Las conexiones que ya existen en el área de la terminal de trenes continuarán abiertas, por lo que los usuarios tendrán múltiples alternativas.
Como se dijo, el gobierno porteño busca ordenar la utilización del transporte público de pasajeros, de modo que la gente invierta menos tiempo en viajes y se evite el congestionamiento de tránsito que muchas veces provoca la imprudencia de los peatones.
El nuevo centro de transbordo subterráneo tendrá amplios corredores con iluminación y ventilación. Allí, pantallas LED brindarán información actualizada sobre el estado del tránsito, la red de subtes y el Metrobus.
Como servicio adicional, vecinos y pasajeros podrán realizar en el nodo trámites de documentación rápida para menores de un año. Funcionará además una sucursal del Banco Ciudad, con atención personalizada y cajeros automáticos.
«Queremos una ciudad donde sea más fácil moverse, por eso impulsamos estas obras que ayudan a conectar diferentes medios de transporte de forma cómoda, rápida y efectiva», declaró el ministro de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad, Eduardo Macchiavelli.
Consultados, los pasajeros relativizaron la importancia de la obra. «No le veo la utilidad. La estación está cruzando la plaza y no hay que caminar tanto», dijo Mario Benvenuto, un comerciante. «Gastan plata en una obra que no le va a cambiar la vida a nadie. No se entiende», sumó la docente Nancy Cappa.
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