Un ambicioso plan de movilidad urbana pretende convertir la ciudad finlandesa en la meca del transporte público. Van detrás de una «movilidad según demanda», un sistema que integrará todas las formas de transporte público y compartidos en una única red de pagos, esto podría volver obsoletos a los autos. A diferencia de UBER, este sistema está controlado y subvencionado por el municipio y propone compartir un minibús con capacidad para nueve pasajeros que realicen trayectos en la misma dirección y el mismo horario.
Kutsuplus es un sistema urbano en el que los usuarios pueden elegir el lugar donde lo toman y donde se bajan entre una amplia lista de direcciones de la ciudad y de paradas existentes. Pueden solicitar anticipadamente, desde cualquier computadora o con la aplicación desde el celular, la parada donde esperarán el servicio. Al llegar al autobús el viaje se puede pagar directamente con el celular, sin necesidad de utilizar dinero físico. El servicio es algo más caro que los autobuses convencionales pero más barato que los taxis.
Este sistema utiliza un algoritmo que gestiona en tiempo real los datos de todos los usuarios y calcula la ruta más rápida para dejar en su destino a todos los pasajeros que van en ese momento en el autobús. Básicamente, gestiona eficazmente todas las peticiones de origen y destino, creando las rutas y asignando los autobuses a cada una de ellas.
El proyecto comenzó a funcionar como fase de pruebas en 2014 operando operando en las áreas comprendidas entre Tapiola y Leppävaara, en el oeste, hasta Ring Road I en el norte y Itäkeskus en el este con una flota de 10 minibuses, con capacidad para nueve pasajeros cada uno, pero se espera alcanzar los 35 vehículos. Kutsuplus es un ejemplo de una solución para reducir el número de autos en las grandes ciudades y Helsinki quiere ser la primera ciudad sin estos vehículos en 2025.
Cada trayecto de paga por adelantado utilizando el ‘Trip Wallet’ o ‘monedero de viaje’, al que se puede transferir dinero desde una cuenta bancaria o tarjeta de crédito. Este monedero virtual puede ser compartido entre diferentes miembros de una familia o los empleados de una empresa.
A la hora de reservar, el usuario debe especificar la parada en la que se subirá al minibús y la parada en la que se bajará del mismo a través del número de parada, que puede consultar en la misma página web, o seleccionando origen y destino en el mapa. También se puede reservar sitio para carritos de bebés.
El servicio ofrecerá diferentes opciones de trayecto a diferentes precios, el servicio básico tiene un coste de 3,50 euros y 0,45 euros por kilómetro recorrido, no obstante, se pueden obtener descuentos al viajar en grupo que van desde un 20% hasta un 50% de la tarifa, para personas que viajen juntas con inicio y fin en las mismas paradas.
Tras realizar la reserva, el usuario recibirá un código de viaje, que hará las veces de ticket, y que deberá mostrar al conductor cuando suba al autobús. Además, recibirá la información sobre la hora estimada de llegada del autobús y el número del mismo.
Asimismo, si el pasajero realiza la reserva a través del ordenador o del Smartphone, recibirá sendos mapas informativos con el trayecto desde la ubicación actual hasta la parada del minibús y con el trayecto desde la parada en la que se baje, hasta el lugar de destino.
Los autobuses están equipados con pantallas informativas que muestran las próximas paradas y el tiempo estimado hasta ellas.
¿Qué es el transporte a la demanda?
El transporte a la demanda o DRT (por las siglas de su nombre en inglés, Demand Responsive Transport), es una modalidad de transporte que aún no está demasiado extendida en el mundo pero que, poco a poco, se va abriendo camino.
El DRT consiste en un sistema pensado para áreas con pequeña demanda de transporte público (según la investigación de Anestis Papanikolaou, para el caso de Tesalónica, en Grecia, el óptimo social se alcanza entre los 21 y los 25 pasajeros/hora). En él, como un servicio de alta capacidad no tiene sentido, el servicio se planifica de forma completamente orientada al usuario, ya que éste debe comunicarse con el operador para hacerle llegar sus necesidades de transporte, a través de métodos telefónicos y telemáticos.
Es decir, el servicio no se establece a no ser que haya una demanda previa del mismo. Y, sin embargo, no es un taxi. En la siguiente imagen podemos ver dónde se encuadra este tipo de transporte dentro de las diversas categorías de transporte público:
Así, este servicio de transporte se caracteriza por tener una prestación irregular (en base a la demanda), ser prestado tanto por operadores públicos como privados, una ruta flexible y por ser prestado por vehículos pequeños/medianos, los cuales van subiendo y dejando pasajeros de acuerdo a las necesidades de los usuarios.
Representa, por tanto, una adaptación de los servicios de autobús público a la demanda existente, de manera que no se establecen líneas regulares “a priori”, sino una red de paradas, líneas y horarios con los servicios realmente demandados.
El DRT en la política de transportes: Problemas a los que se enfrenta
Los servicios de DRT buscan combinar los beneficios de la política social, económica y ambiental del autobús, con el servicio de alta calidad del en zonas de baja demanda de transporte público. Sin embargo, frente al gran potencial de este tipo de servicio, existen muchos problemas desde el punto de vista de la legislación de transporte actual.
Además:
– Al tratarse de un modelo híbrido entre los sistemas existentes, la estructura legal y reglamentaria que ha sido diseñada pensando en los autobuses convencionales, los taxis y los coches de alquiler privado, el DRT queda dentro de un vacío legal.
– Los modos existentes de transporte público tienen sus industrias establecidas, su financiación y sus estructuras reguladoras, lo que supone una barrera de entrada en el mercado al DRT, salvo que cuente con un impulso institucional.
– Los usuarios del transporte público existente (y, de hecho, también los no usuarios) saben y entienden lo que es y cómo utilizar un autobús, taxi, tren, metro, etc. Así, requiere que los pasajeros se familiaricen con una nueva forma de transporte, con unos procedimientos y una semántica de uso que pueden ser muy diferentes a las de los medios de transporte conocidos.
Hay también una serie de problemas de planificación y ejecución. ¿Cuál podría ser la mezcla apropiada de DRT con otras formas de transporte público? ¿Cuándo debe el DRT reemplazar a las líneas de autobuses? O, ¿sería mejor que el DRT apoye la demanda de buses convencionales?
Por último, en términos de implementación, sigue habiendo una gran cantidad de preguntas. Se han realizado una serie de ensayos de DRT, pero pasar de estos para la adopción generalizada requiere un orden diferente de respuesta por parte del sector transporte.
El tiempo dirá si veremos DRTs en nuestras ciudades, aunque quizá en Madrid, la incorporación de los nuevos taxis de hasta 9 plazas, siente las bases para ser la primera gran ciudad del país que permita la prestación de un servicio a la demanda.
Un testeo del servicio realizado por un pasajero
Una de las publicidades de la empresa
https://www.youtube.com/watch?v=rTj5flfcqs8
Nota de Redacción:
Si bien en Argentina existen servicios de combis muy similares, los cuales son prestados por diversas empresas privadas y pueden transportar hasta 19 pasajeros sentados (tomando en cuenta el modelo de Mercedes Benz Sprinter largo), existen aún diversos puntos que no se han implementado en los servicios comparándolos con el proyecto lanzado en Finlandia. Por el momento funcionan como colectivos de línea con horarios y recorridos fijos cubriendo un servicio que ninguna línea de colectivos ofrecía o que en algunos casos el mismo no era bueno.
Seguramente en los próximos años, las empresas comiencen a sumar tecnología en sus unidades así como aggiornar la forma de pagos (Además de la SUBE, implementar tarjetas de crédito o NFC).
Fuentes: