Catorce muertos, cerca de 30 desaparecidos y unos 90.000 evacuados es el resultado provisional de una tormenta de agua que el viernes anegó Buenos Aires. Más de 150 kilómetros cuadrados permanecen inundados, y el presidente Raúl Alfonsín, que había viajado a provincias, no pudo regresar a la capital ante el corte de las carreteras y el cierre de los dos aeropuertos porteños. Son las peores inundaciones en Argentina en lo que va de siglo. El meteoro comenzó a inquietar en la noche del jueves.
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Un 31 de mayo de 1985 las gotas comenzaron a caer un jueves por la tarde, cuando muchos regresaban a sus casas. Cayeron muchas más esa noche, y al día siguiente. Sin pausa, hasta completar la insólita cifra de 300 milímetros en algo más de 24 horas. Cuando el 1 de junio de 1985 por fin paró de llover, la Ciudad y el conurbano bonaerense eran zona de desastre. Se la llamó, con razón, “la lluvia del siglo”.