Los buses tendrán que ser chatarrizados y desintegrados para que no vuelvan a circular en ninguna vía.
Con la llegada de 1.440 nuevos buses de TransMilenio, alrededor de 1.100 articulados viejos saldrán de circulación y no podrán ser utilizados nunca más para el transporte de pasajeros.
La responsabilidad de desintegrar estos vehículos es de los operadores en un 50%y de TransMilenio el otro 50%.
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