El nuevo ploteo que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires planea implementar para los colectivos busca unificar la estética de los vehículos, eliminando los tradicionales colores y diseños propios de cada línea en favor de un esquema estandarizado.
Este cambio ha generado críticas y debates sobre su impacto en la identidad visual y cultural del transporte público porteño.
Líneas que «pierden» con el ploteo:
Las históricas y tradicionales:
Líneas como la 12, 26, 39, 42, 64, 102, 109, 118, 132 cuyos colores y diseños son emblemas históricos, perderían su identidad visual, lo que podría afectar el sentido de pertenencia de los usuarios habituales.
Pequeñas empresas:
Las líneas operadas por empresas más chicas, que han invertido en branding para destacar frente a otras, verían diluido su esfuerzo al verse igualadas con todas las demás. La Línea 68 es un claro ejemplo de rebranding manteniendo sus colores tradicionales
Usuarios locales:
Muchos porteños identifican su colectivo a lo lejos por el color distintivo, lo que facilita el reconocimiento rápido, especialmente en zonas concurridas.
Unidades con esquemas retro que utilizan las empresas actualmente…
Líneas que «ganan» con el ploteo:
Empresas con flotas más heterogéneas:
Las compañías con vehículos desactualizados o menos cohesionados en diseño se beneficiarían al tener una imagen unificada, que podría percibirse como más moderna. Por ejemplo: Metropol y algunas líneas de DOTA que usan el color blanco como principal.
Algunas líneas del Grupo DOTA, según los usuarios ganarían con el ploteo. En nuestra opinión, los esquemas actuales de las Líneas del Grupo DOTA poseen 2 y hasta 3 colores y forman internamente un sistema de colores muy interesante del cual publicamos un artículo hace algunos años atrás.
Colores e Internos: Así organiza el Grupo Dota a sus empresas de Colectivos
Líneas con «poco marketing y unidades más antigüas:
Las Líneas con poca identidad visual tienen la oportunidad de integrarse a un esquema reconocido por todos.
Turistas:
Para quienes visitan la ciudad y no están familiarizados con el sistema, un diseño uniforme podría complicar la identificación del transporte público (más desde lejos en zonas de gran cantidad de tránsito)
Controversias:
- Identidad cultural: El transporte público porteño, con sus líneas y colores distintivos, es parte del patrimonio cultural urbano.
- Costos: Empresas de colectivos señalan los costos que implicaría realizar el ploteo, sumándose a otras presiones económicas.
- Usabilidad: Críticos advierten que la uniformidad podría dificultar la rápida identificación de las líneas en avenidas con mucho tránsito.
El debate sigue abierto, pero el 90% de las opiniones están en contra de la estandarización visual ya que consideran una pérdida de la tradición icónica de la Ciudad y un gasto que no mejora al sistema de transporte.