José Schulman, que le pegó a una empleada de la terminal de ómnibus de Santa Clara, publicó un comunicado en su Facebook donde dijo que “se desencajó” por la extensa espera; también se tomó licencia tras lo ocurrido.
Después de haberle pegado una cachetada a una empleada de una terminal de ómnibus de Santa Clara, que quedó registrada en la cámara de seguridad de la boletería, , José Schulman, intentó un pedido de disculpas en su Facebook, donde habló de lo que hizo como una “conducta reprochable” y contó que “se desencajó”. Luego, desde la entidad que conduce emitieron un escueto comunicado en el que informaron que el hombre se tomó licencia y “se puso a disposición”.

En una carta que incluyó lenguaje inclusivo y que comenzó como “a mis compañeres”, Schulman sostuvo: “Pido públicamente disculpas por haber llevado adelante una conducta reprochable en una terminal de ómnibus. Soy consciente de que mi comportamiento con una trabajadora fue inaceptable y nada lo justifica”.
Sin embargo, buscó dar una explicación tras violentarse contra la empleada. “Como muches saben, soy discapacitado motriz y pasaron muchas horas de espera de un micro para regresar, que me produjeron un enorme dolor y me desencajaron. Eso fue verdaderamente lo que me ocurrió”, consignó en su Facebook.
Para cerrar, manifestó que estaba “arrepentido” por lo que hizo, al hablar de “acciones contrarias a sus convicciones”, y dijo que a esto último se lo hizo saber a la trabajadora que agredió.
Un rato después, desde la Liga Argentina por los Derechos Humanos emitieron una nota de prensa donde informaron que aceptaron el pedido de licencia y añadieron que decidieron “comenzar un proceso de evaluación para tomar las medidas correspondientes”.
En ese comunicado, desde el organismo citaron lo escrito por Schulman en su Facebook y consignaron, además, que el presidente de la entidad le pidió perdón no solo a la trabajadora, sino “al conjunto del movimiento popular”.
En la secuencia que registró la videovigilancia, Schulman filma con su celular no solo a la empleada, sino a otra mujer que estaba hablando con ella, para dejar registrado el retraso de su ómnibus.
Después de que ambas se rieran por la situación, el hombre les advierte: “¿Saben lo que puedo hacer? Denunciarlas a las dos y meterlas en cana”. Y, acto seguido, se acerca a la trabajadora de la boletería, le pega en la parte derecha de su cara y le pregunta: “¿Qué te reís, hija de puta?”.
Ante los gritos de la mujer, llega otro hombre a calmar la situación y Schulman le comenta: “Hace una hora que esta pendeja se me está cagando de risa de que el colectivo viene”.
Fuente:
Liga DDHH
La Nación