Guía práctica: ¿Cómo reconocer a un «busólogo?

El fanatismo por los vehículos y motores fue de toda la vida. En Argentina ese «Espíritu Fierrero» es muy grande y se maneja con mucha pasión.

Todos los fines de semana (previo a la pandemia de 2020), fanáticos de marcas de autos, modelos e incluso motos se reúnen en diversos puntos de la ciudad para ver sus autos, charlar sobre la temática y hasta realizar algún viaje a pueblos cercanos a Buenos Aires como Carlos Keen o Uribelarrea, solo por nombrar algunos.

El viaje se disfruta tanto como la visita al lugar ya que se pueden ver caravanas de vehículos de la misma marca o incluso muchos modelos iguales que van «paseando» hasta llegar a destino, donde se comparte un almuerzo, una recorrida y luego el retorno a sus hogares.

Esto no solo sucede en Buenos Aires sino también en muchas provincias de nuestro país ya que los fanáticos están en todas partes.

Si pasamos al plano de los camiones, el fanatismo es igual aunque como no todo el mundo puede comprarse un camión por eso solo hecho de tenerlo en su garage, si se disfruta verlos y fotografiarlos en zonas de cargas. Algunos lograron el sueño del camión propio que lo usan tanto para trabajar pero que lo mantienen como de exposición. Otros MUY FANÁTICOS, compraron su camión y lo tienen como cualquier persona posee un auto o moto.

A esto se le sumó desde hace varios años el fanatismo por los colectivos. ¡SÍ! en un país donde los fierreros abundan, los colectivos no se quedaron afuera.

Desde los inicios del transporte en nuestro país, hubo choferes fanáticos que cuidaban, adornaban y mantenían las unidades.

Con la llegada de los Mercedes 312, 911 y posteriormente los 1112 y 1114, la personalización creció y nació el concepto de «Famoso».

«Famoso» es aquel coche que su dueño / chofer / componente, lo mantiene en un estado impoluto. Hablamos de «tunearlo» con luces, espejos tallados, filetes, cromados, sumarle bandalines blancos y siempre mantenerlo limpio y perfumado. En la época de los 1114 se podían ver muchísimos en ese estado.

En la actualidad esta tendencia al sobrecargado de objetos cada día se ve menos. Esto en parte es por las nuevas reglamentaciones de seguridad y por otra parte, porque la mayoría de las empresas comenzaron a ser administradas por grupos empresarios dejando atrás la era de los dueños o componentes independientes, los cuales tenían «su coche» y lo personalizaban y lavaban en la puerta de sus casas por ejemplo.

Igualmente se ven unidades modernas con un estilo de cuidado y tunning actual, las cuales participan en exposiciones de colectivos en grandes playones de supermercados.

Realizada la introducción, pasamos al tema principal del artículo: ¿Cómo reconocer a un busólogo?

Los Busólogos o «Fanáticos de los colectivos» SOMOS personas normales (o casi dirán muchos). Somos apasionados por el transporte en general, por las unidades, por la historia, por los colores, por los modelos, sin importar chasis, carrocerías y líneas. Ver un colectivo siempre nos sacará sonrisas, a pesar que esté sin lavar o que nos haga esperar en la parada… porque el fanático es fanático SIEMPRE, hasta cuando es pasajero.

Si tiene que trasladarse de un punto A al B va a buscar la forma más eficiente de viajar aunque en alguna oportunidad va a elegir una forma alternativa con tal de tomarse ese colectivo nuevo o una línea que no es la que siempre utiliza por el mero hecho de tener la «nueva experiencia».

¿Cuántos detalles hacen que seas un busólogo? Te nombramos algunos…

  • Los busólogos son (somos) una «especie» que se los puede encontrar en cercanías a terminales de ómnibus como por ejemplo Retiro. (Aquí se unen los «Urbanos» y los «LargaDistancieros»)
  • También en zonas de transferencia de pasajeros como Once, Constitución, Retiro, Puente Saavedra y Puente La Noria. Allí pasan muchas líneas de colectivos y son zonas donde siempre hay unidades circulando. Se busca cantidad y variedad.
  • Las terminales de colectivos (o las salidas de ellas) son los lugares más visitados donde se ubican para tomar fotos a las unidades que van saliendo o ingresando.
  • Siempre tienen la cámara de fotos o celular preparado para sacar fotos de unidades, sin importar si está sucia, es vieja o si ya poseen la foto de la unidad. Lo importante es capturar el momento y si es una primicia ¡Mejor!
  • La vestimenta es clásica: remera, jean, zapatillas y en la actualidad se pueden reconocer por el tapabocas ya que muchos utilizan alguno personalizado o que consiguieron de alguna línea de transporte de la cual son fanáticos.
  • Son capaces de reconocer a la lejanía a cualquier modelo de colectivo, incluso si ha sido reformado.
  • El reconocimiento de cada modelo también lo logran hacer por el sonido de su motor, lo cual los convierte en «Súper-Fanáticos».
  • Muchos tienen en su computadora mental datos de patentes e historial de cada unidad por lo que saben de memoria donde «debutó» un colectivo y por que líneas e internos fue pasando hasta que fue radiado de servicio.
  • Los busólogos conocen al detalle recorridos, paradas y ramales de líneas de colectivos a la perfección, hasta los cambios que fueron sufriendo a lo largo de la historia como por ejemplo si una parada fue movida de una cuadra a otra.
  • Cuando ven un número en algún cartel automáticamente piensan en esa línea de colectivo o en algún interno en particular.
  • Sus amigos no comprenden el por qué de su fanatismo por las unidades.
  • Tienen la capacidad de combinar en un viaje a varias líneas y lo hacen mejor que Google Maps y los GPS.
  • Su perfil en redes sociales tiene más fotos de colectivos que de su familia y de ellos mismos.

 

Hay muchísimos detalles más que podemos sumar pero nos gustaría darles espacio para que nos cuenten cuáles otros hacen que los distingan con Busólogos

¡Decí que sos busólogo sin decir que sos Busólogo!

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