En la gran batalla contra Covid-19, prácticamente todas las marcas de automóviles están haciendo su contribución, como también es el caso de Mercedes-Benz, que ofreció su apoyo en la producción de equipos médicos con tecnología de impresión 3D. Gracias a estos dispositivos, la marca puede producir componentes individuales que se necesitan con urgencia en tecnología médica.
Con una amplia experiencia en el diseño de componentes utilizando impresoras 3D (generalmente para modelos a escala), Mercedes-Benz produce hasta 150,000 componentes de plástico y metal cada año. Ahora, esta capacidad tecnológica está orientada a fines médicos: se pueden utilizar todos los procesos de impresión 3D comunes, desde la fusión láser selectiva (SLS), el modelado por deposición de fundición (FDM), hasta la fusión láser selectiva (SLM).
En la producción aditiva, los componentes desarrollados digitalmente se construyen capa por capa en una «impresora». Las materias primas utilizadas incluyen polvos o resinas plásticas y metálicas fusionadas por una fuente de energía, generalmente uno o más láseres. Después de terminar una capa, se aplica una nueva automáticamente y el proceso de solidificación comienza nuevamente. Este proceso se repite hasta que se crea un componente tridimensional.
