Denuncian que el transporte urbano de pasajeros no es totalmente accesible

El referente de las organizaciones de discapacidad, Mario Buss, señaló que falta adecuar los coches para sordos y ciegos.

«En el transporte no le dan bolilla a la discapacidad», expresó categórico Mario Buss, referente de las organizaciones abocadas a esta problemática, quien, además, en una carta de los lectores de LaCapital dijo sentirse «estafado» por la autoridades municipales. Aludió a la «inexistencia de dispositivos para sordos, ciegos y mudos» en los colectivos. En tanto, desde el Ente de la Movilidad señalaron que se está haciendo todo el esfuerzo necesario para adecuar toda la flota a las distintas necesidades.

«Ni un solo ómnibus está ciento por ciento adaptado, no tenemos transporte completamente accesible. Puede ser que haya facilidades para una persona con problemas de movilidad, pero no para sordos ni ciegos. La mitad no tiene parada solicitada en la puerta de atrás, los disminuidos visuales se golpean porque no tienen los caños color amarillo, la gente no cede los asientos al minusválido», enumeró Buss al mencionar que mantuvo a lo largo de estos meses reuniones con la directora de discapacidad municipal, Adriana Ciarlantini, sin demasiados avances. LaCapital contactó a la funcionaria, pero evitó hacer declaraciones.

Entre las falencias, el denunciante marcó que los colectivos locales carecen de sistemas de seguridad en las puertas (impiden que se abran las puertas de acceso y egreso cuando la unidad está en movimiento) para insistir en que en el sector oeste de Rosario no hay coches adaptados. «A la granja de la Infancia (Perón al 8000) no se puede ir porque desde Provincias Unidas hasta Las Palmeras pasa sólo el 35/9 y sus unidades no están adaptadas», mencionó.

En la lista, Buss incluyó a las líneas 142, 106 y 107 (Rosario Bus), que circulan con piso alto de difícil accesibilidad para los discapacitados. «No hay asientos rebatibles para obesos mórbidos, ni cartel indicador en sistema Braille en el primer asiento destinado a los ciegos. Tampoco cuentan con pantallas que adviertan sobre la próxima parada a bordo. Lo mismo ocurre en los refugios, donde no existen los mensajes de audio», repasó.

Desde las organizaciones se trabajó en la confección de los actuales pliegos licitatorios del transporte, que están en marcha. «Durante el período de labores hubo un grupo de funcionarios que viajó a Rusia en busca de trolebuses», expresa un párrafo de la carta a los lectores, que agrega: «En Granadero Baigorria se fabrican unidades que funcionan perfectamente en ciudades como Mendoza».

El referente de los discapacitados, agregó que la línea Q de troles adquiridos en ese país tienen sus «carrocerías prácticamente destruidas».

Finalmente, acusó que, a seis meses de la puesta en marcha del nuevo sistema de transporte, «poco o nada de lo prometido y aprobado por el Concejo se cumple. Nadie controla. Pareciera que los encargados de esto padecen de autismo en alto grado».

La réplica del municipio

Sin ánimos de crear una polémica particular con el referente de los discapacitados , el titular del Ente de la Movilidad, Carlos Comi, brindó una serie de datos «objetivos» que se contraponen con la afirmaciones hechas desde estas organizaciones.

«Los colectivos son totalmente accesibles para personas con discapacidad y cumplen con los requerimientos del pliego. Además, la empresa de Granadero Baigorria que se presentó al la licitación, ofertó un precio muchísimo mayor a la firma rusa Trolsa (adjudicataria del material rodante), y sus unidades fueron sacadas de circulación en Mendoza, por su fracaso total. Si se hubiesen incorporado a Rosario, no tendríamos trolebuses», indicó.

Desde el Ente afirmaron que la ciudad cuenta con la flota accesible más importante de Latinoamérica. «Existe el 80 por ciento de las unidades accesibles, pero explotó el país y no por imperio de la Municipalidad. Tenemos empresas que invirtieron 3 mil millones de pesos en colectivos y no hay financiación o las tasas son altísimas como para exigirles lo que resta. Esta es la realidad del transporte, ojalá podamos completar el ciento por ciento cuando volvamos a ser un país y no el desastre actual. No son reales las cosas que se mencionan, porque la realidad se refleja en la calle», indicó.

En cuanto a la frecuencia, Comi asumió que podría ser mejor, «pero esto incide en el precio del boleto, con la actual caída de pasajeros y una ecuación financiera desvirtuada», concluyó.

Fuente:

La Capital

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