La Flor de Luján: una historia de 75 años que llegó a su fin

Este lunes, dejó de existir la tradicional línea de colectivos. En su origen se llamó «Empresa Villa Flandria» hasta que las unidades pasaron a «La Florida». En 1944 surgió «La Flor de Luján» prevaleciendo los colores amarillos, negro y verde. Llegó a tener «servicio diferencial» y hacer viajes de turismo.

En su origen no fueron de color amarillo con verde sino plateados, tampoco se llamó “La Flor de Luján” sino “Empresa Villa Flandria” y más que colectivos parecían autos agrandados a los que les habían modificado su interior para aumentar la capacidad e iba desde Luján a Jáuregui y viceversa trasladando básicamente obreros para la pujante industrial textil.

Empresa de Luján irá a Goldney pero no a Gowland

Fue la segunda línea dedicada formalmente al transporte público de pasajeros que tuvo Luján y surgió de la mano de Emilio Rosario Frascaroli. Fue también el embrión de lo que sería en 1944 “La Flor de Luján”, un desprendimiento de “La Florida”, la mítica empresa de colectivos pintados de azul que tenían su base donde actualmente está el supermercado Vea y unía Luján con ciudades del interior de la provincia como Bragado y Junín.

Hace 75 años, “La Flor de Luján” adoptó los colores de la Algodonera Flandria. Unidades pintadas de un amarillo pálido con líneas negras y algo de verde oscuro en sus carrocerías. En los años 50, su pequeña flota estaba integrada por Ford Hércules carrozado por Gnecco que según los “busólogos” (aficionados a investigar sobre colectivos) los había comprado usados a La Independencia S.A. y a lo lejos los pasajeros la reconocía por la luz verde que llevaban los colectivos en el techo.

Para la década del 60, la empresa pasó a manos de Jorge Bianchi, Aniceto y Antonio Gutiérrez, Altieri, Calandrelli y Sillón consolidándose como la línea comunal que hacía un recorrido más bien circular. Una especie de loop partiendo desde Luján a Cortínez por Ruta 7, pasando por Pueblo Nuevo, Jáuregui y regresando a la cabecera por Ruta 5. Años más tarde, extendió el recorrido hasta Olivera e incluyó un ramal por “Camino Nuevo” (actual Fray Manuel de Torres).

Nunca tuvo más de 25 colectivos, pero fueron suficientes para brindar un servicio correcto y esencial para los vecinos de la zona. Para fines de los 80 y cuando aún no había llegado un lote de Mercedes Benz OA 101 de segunda generación que renovó la flota de “La Flor de Luján” casi por completo, la empresa se mantenía con un puñado de coches 1112 y 1114 con algunos años encima, pero que no habían llegado a la obsolescencia absoluta. Si bien su flota no era nueva, al menos estaba bien mantenida.

Al principio de los 90 incorporó micros de mayor dimensión para viajes de turismo y hasta llegó a realizar servicios de larga distancia en temporada de verano. También contó con un “Servicio Diferencial” que brindaba con unidades adquiridas a la línea 93.

En 1992 los colectivos pasaron a la UTE Atlántida-La Flor de Luján (501-503), luego continuaron en Atlántida y expandió sus servicios con el recorrido de la línea 256 a Goldney.

TIEMPO DE CRISIS

La gran crisis del transporte lujanense se produjo a fines de los 90 dando origen a una etapa de grandes cambios. El tradicional sistema de líneas comunales del Partido de Luján se vio conmovido por primera vez cuando la Municipalidad decidió licitar los recorridos.

Si bien las prestatarias tradicionales participaron, ninguna ganó y fueron reemplazadas por una Unión de Empresas entre Atlántida y La Flor de Luján, que tomó un grupo de unidades originales de Atlántida, las repintó de amarillo monocromático y se largaron a cumplir los recorridos de dos fallidas, las líneas 501 y 503.

Con el tiempo, estos servicios cayeron junto al resto de las concesiones e incluso éstas, que comenzaron a ser operadas por los choferes en asociaciones tipo cooperativa, para luego constituirse en empresas privadas, tras operar un tiempo de manera precaria y con coches obsoletos.

Pero “La Flor de Luján” siguió firme explotando la línea 500 comunal y la provincial 256 sin identificarla como correspondía en algún lugar de su carrocería. Cuando operaba con coches tipo media o larga distancia, a veces ni siquiera figuraba el 500 y en el momento que su flota estuvo compuesta por unidades con cartelera delantera, rara vez figuró el número provincial.

Siempre se detallaba el 500, en referencia a la línea comunal. El único lugar en donde se leía claramente el 256 era en una chapa colocada en una dársena de la Terminal de Ómnibus. Pocas fueron las unidades en donde se detalló correctamente el número provincial.

En 2013 se colocó el número real en las unidades, que pasaron a ser Agrale MT-12 carrozadas por Todobus y llegadas desde alguna de las líneas del grupo DOTA, su actual propietaria, con el 256 bien visible en la cartelera delantera.

Asimismo, por un breve lapso, los coches de “La Flor de Luján” estuvieron numerados con la centena del 500 respetando su interno original. Es decir: el 22 estuvo como 522 pero luego volvió a tener números bajos.

Finalmente, en los primeros días de junio 2013 cambió nuevamente la numeración de las unidades y en lugar del choche 1, 2 y así sucesivamente pasaron a ser 6000 en adelante y volvió a prestar servicio con 5 unidades.

Pese a todos los vaivenes que tuvo y tiene el sector, “La Flor de Luján” nunca dejó de existir. Su peso como marca en la zona hizo que aún estando bajo control de Atlántida y más tarde de DOTA en el esquema de la librea prevaleciera el amarillo y verde. Colores que pasaron a la historia este lunes, justo en el año que la línea de los obreros textiles cumplían las Bodas de Platino.

 

Fuente:

El Civismo

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