Dejando a un lado el reciente escándalo de las emisiones de Volkswagen, el diseño clásico al que tantos hippies una vez acudieron sigue atrayendo a una nueva generación de viajeros, que vuelven a equipar las furgonetas que les sirven como el espacio móvil perfecto para la vida a la intemperie, en la carretera.
La personalización es una de las grandes alegrías de la vida de los amantes de las furgonetas. Y aunque la mayoría suelen realizar renovaciones internas relativamente simples, algunas de estas furgonetas no están hechas para los simples mortales, sino para ocupar un lugar al lado de los dioses.
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