No habrá ninguno igual, no habrá ninguno. Por más que haya altas expectativas con algunos de los stands del Salón del Automóvil de Buenos Aires, que abre mañana sus puertas a la prensa y el sábado al público en general, el stand favorito de los salones todos los tiempos fue, es, y será éste de los camiones Graham Brothers y los automóviles y comerciales Dodge Brothers. Hizo parte del 8º Salón del Automóvil, celebrado en noviembre de 1925.
El empresario Julio Fevre, automovilista e inquieto representante de numerosas marcas a través del tiempo (la lista también incluye a Mors, Delage, Delahaye, Berliet, Citroën y un largo etcétera), directivo del ACA y alma pater de estos salones, llevaba adelante en ese momento a estas dos marcas norteamericanas, y para exhibirlas decidió construir, al aire libre, una reproducción en escala kingkonesca de un colectivo Graham Brothers. En su interior los visitantes podían descubrir la oferta comercial tanto de Dodge Brothers como de Graham Brothers, marca adquirida definitivamente por los hermanos Dodge en aquella misma temporada.
La publicación propia del Automóvil Club Argentino, que reseñaba la muestra, así describía lo que llamaban “El camión monstruo”: “Llamó mucho la atención el pabellón construido por la casa Julio Fevre y Cía., en la pista del lado derecho del Pabellón de las Rosas. Un inmenso camión, de dimensiones desproporcionadas, servía de albergue a una amplia sala de exposición para los tipos diversos de coches de la marca que representaban los expositores nombrados. El frente del Pabellón era la parte delantera del camión, con su correspondiente enorme capot, faros, guardabarros y sus grandes llantas neumáticas, construidas con tal perfección que daba la impresión que de repente podría ponerse en marcha. Es un esfuerzo digno de todo elogio, pues a la originalidad de la presentación, se une la atracción del público y el realce que se da al conjunto y al ornato de la Exposición. El público visitó constantemente este pabellón y admiró la construcción del enorme camión simulado, llegando un futurista a predecir que de ese tamaño serían los camiones del porvenir, para cuya circulación se necesitarían calzadas de más de ochenta metros de ancho”.
El primer Salón del Automóvil en Argentina se organizó en el año 1918 (el año que viene cumpliremos 100 años de salones) y entre aquel año y 1929, el espacio que alojó al salón fue el Pabellón de las Rosas, ubicado en las actuales Libertador (Av. Alvear por esos años) y Tagle de Palermo. Este espacio, originalmente dedicado al baile, fue demolido poco después del Salón del Automóvil de 1929.
En aquella edición de 1925 del colectivo de Fevre, se celebraba la pujanza del mercado automotor argentino que ya contaba con 130.000 vehículos circulando y la visita internacional a destacar fue la de Pietro Bordino. El as italiano del volante fue convenientemente invitado por FIAT, que exhibió el auto de Grand Prix 805/405 en el Salón, y organizó algunas pruebas de velocidad para Bordino y el 805/405 sobre la misma Avenida Alvear y en el camino de Bella Vista a Morón (habría superado allí los 190 km/h).
La colección de fotos del stand montado por Julio Fevre pertenecen al amigazo Horacio O‘Donnell, quien con gran ahínco las buscó y las encontró pocos años atrás en Uruguay. Es gracias a el y a lo publicado en la revista del ACA que podemos conocer al mejor stand de la historia del Salón del Automóvil de Buenos Aires.
Fuente:
Fotos: Archivo HGO y Revista ACA