Papá Noel cambió sus renos y su trineo para conducir un autobús en Ecuador, donde este viernes repartió caramelos a los usuarios del transporte público de Quito.
Carlos Yánez, un chofer profesional de 44 años, dejó de lado la camisa y el pantalón que usa para trabajar. En su lugar, vistió un traje rojo de Santa Claus para alegría de los pasajeros, que por esta ocasión no debieron pagar por su pasaje.
Así «damos a conocer nuestro lado más humano, más sentimental y más amable al usuario», dijo a la AFP este Papá Noel sudamericano que, pese al calor en Quito, lucía con una sonrisa una tupida y sofocante barba blanca.
La particular jornada de trabajo empezó a las 05:30 locales, cuando salió en el primer recorrido desde el extremo sur de la ciudad hasta el norte. Adornado con guirnaldas y flores de papel el autobús sorprendió a los pasajeros.
«Es muy hermoso, emocionante ver esto. Es una atracción ver que por los menos hay el espíritu de la Navidad. La gente está contenta», comentó a la AFP Rocío Constante, una maestra de 61 años que tomó el autobús.
Aunque intentó pagar los 0,25 centavos que cuesta el boleto de autobús en Quito, una mujer disfrazada de duende se negó a recibir el dinero. En cambio, le entregó una pequeña bolsa con galletas y caramelos.
«Tengo la suerte de que aparte de llevar usuarios también llevo sueños, anhelos, esperanzas. Como conductores es para nosotros algo satisfactorio», agregó Yánez.
El recorrido del «bus navideño» se extendió hasta las 21:00 de este viernes.