Brasil acelera sus políticas hacia una idea que fue considerada durante varias décadas como un capricho ecologista: la gratuidad de los autobuses públicos
Ya son noventa los conglomerados urbanos de Brasil que han implementado el pasaje de colectivo libre de pago desde principios de mes. Han superado cuantitativamente a los únicos dos países pioneros en este tipo de iniciativas: Luxemburgo y Malta
Mientras tanto, el Estado de Nueva York también está experimentando con esta idea tras desplegar un total de cinco corredores gratuitos en una megalópolis que suma más de doce millones de habitantes.
Los alcaldes brasileños buscan atraer más usuarios al transporte público para sacar coches de las calles y de esta forma reducir las emisiones que dañan el medioambiente.
En medio de olas de calor que alcanzan los 60 grados de sensación térmica, la chance de ahorrarse largas caminatas para viajar con aire acondicionado de manera gratuita (el costo de cada pasaje suele costar un dólar) suma atractivos para el bolsillo y también la salud.
La última incorporación a la lista de urbes con transporte gratis fue São Caetano do Sul (160.000 habitantes), en la zona metropolitana de San Pablo. Paradojas del destino, se trata de la geografía que sirve como sede al gigante norteamericano General Motors.
Los vehículos municipales llevan un letrero luminoso en su parabrisas que dice «Tarifa Zero».
¿Cómo reaccionaron los usuarios?
En las tres primeras semanas, se duplicaron los pasajeros y el tránsito callejero se alivió, al punto de convertirse en muy similar al que existe durante los fines de semana.
En Chile, en 2019, una suba importante del ticket de subtes y trenes derivó en un caos social que finalizó en una reforma de la Constitución Nacional y el naufragio del gobierno centro derechista de Sebastián Piñera.
Por su parte, en Brasil, en 2013, el anuncio de que la tarifa subiría 20 centavos en San Pablo desató protestas generalizadas que pusieron en vilo al gobierno local y también a la presidenta Dilma Roussef. Bajo el lema «passe livre», se concentró un profundo enfado con la clase política local. Se sucedieron las mayores marchas de protesta de la historia del vecino país con millones de usuarios en las calles.
El «movimiento sísmico» terminó por expulsar del poder a la titular del Planalto y aupó la llegada de un dirigente diametralmente opuesto al Partido de los Trabajadores: nada menos que Jair Bolsonaro y sus propuestas antisistema.
En Argentina, tras el cambio de color partidario en Balcarce 50, se tiene en cuenta que las atrasadas tarifas de colectivos, subtes y trenes deben ser actualizadas con mucha prudencia.
La tendencia en el subcontinente es que existan menos autos particulares en las arterias. Ocurrirá por convencimiento ecológico o por prudencia política.