Corte masivo de luz: trenes cancelados, largas filas en las paradas de colectivos y la incertidumbre de no poder volver a casa

En la estación de Constitución, los pasajeros debieron buscar opciones para regresar a sus hogares en medio de una tarde en la que el termómetro superó los 34°C

En la pantalla que muestra las próximas salidas de la línea Roca en la estación de trenes de Constitución, las ocho formaciones están en rojo: “demorados”. Abajo, en una franja naranja corrediza informan: “El servicio eléctrico circula con demoras y cancelaciones tras falta de suministro eléctrico”. Así, se vive en esa terminal el corte masivo de energía debido a un incendio ocurrido en unos pastizales que afectaron tres líneas de transmisión de alta tensión en la zona del Litoral, minutos antes de las 16. Este incidente, a su vez, sacó de servicio a la central nuclear Atucha I.

“Ahora está un poco más tranquilo. La mayoría se fue para el colectivo de la línea 51, porque estar acá parado no tiene sentido”, le dice Leandro a su hermano Ricardo que acaba de llegar. “Cuando yo llegué había más de una cuadra de cola [en la parada de ese ómnibus], muchos se fueron a la terminal que está a cinco cuadras”, agrega. Leandro no sabía si en su casa de Quilmes había luz. “Me enteré a las 17 cuando un compañero del trabajo dijo que en su casa no había. En la mía, hay”, dice su hermano.

Son las 18.45 y en el hall central de la estación quienes no caminan con una dirección determinada están frente a la pantalla esperando novedades.

“Yo probé con un Didi [un servicio de taxi online]. Había disponibilidad, pero costaba $5200″, le dice Belén a su amiga. Las dos vinieron caminando desde el Obelisco. Cuando se enteraron del apagón masivo y el servicio interrumpido fueron en busca de otras opciones para la vuelta a casa. “Las combis eran imposible por la gente que había”, cuenta. Es por eso que probó pedir un auto a través de una aplicación para ir hasta Monte Grande. “Como vimos que se normalizó vinimos. Esperamos poder volver”, cierra mientras se ata el pelo, cuando el termómetro marca 34°C.

“Por secuela de cortes de energía los servicios circulan con demoras y cancelaciones”, repiten tres veces por altoparlante. Son alrededor de las 19, y a casi tres horas del corte de luz masivo que dejó sin luz a unos 20 millones de personas, solo tres de los ocho trenes que muestra la pantalla lograron cambiar su estado a naranja: “Programado”.

A mitad de cuadra de la avenida Brasil, un tumulto de personas se acercan al colectivo que acaba de llegar. Allí está la parada del 51. La fila dobla la cuadra y llega hasta la mitad de Hornos. Micaela está esperando hace una hora y media. Bajó a las 17.30 del ómnibus que la trajo desde La Plata. “Estaba todo cerrado, era la única opción”, cuenta. Mientras sus compañeros de fila frenan a una chica que viene caminando y le preguntan: “¿Venís de adentro de la estación?”.

“Yo iría adentro para ver qué onda, pero uno no se quiere arriesgar a salir de la fila”, explica una mujer, mientras su “informante” responde que algunos trenes empezaron a figurar como programados.

“Hace más de una hora que solo dicen programado”, se queja Darwin que está en la fila desde las 17 para poder irse a su casa en Lomas de Zamora, donde hace unos instantes volvió la luz.

Los tres se asoman ilusionados cuando frena un colectivo, pero el cartel que tiene pegado en el vidrio delantero indica que irá por autopista. “Otro más”, se lamenta Andrea y suma: “De los últimos cinco, tres van por autopista”.

Aldana toma la línea Roca de lunes a viernes. Tarda cerca de 15 minutos para llegar a su casa en Banfield. “Con el colectivo voy a tardar como 40 minutos”, dice. Y agrega: “Justo ahora vinieron dos juntos, pero hay gente que está desde las 16 esperando, había una cuadra de cola”.

Cansada de esperar, Micaela cruza hacia la parada del 45. Lo hace corriendo porque el semáforo tampoco funciona.

Pérdidas

Leonardo Varela acaba de conseguir un generador eléctrico. De esa forma buscará “salvar lo que se pueda” de su mercadería de El buen gusto, una fábrica de pastas que opera desde el año 1999, en Balvanera. “Estamos sin luz desde las 13.30, hicimos los reclamos con Edesur, el ente regulador, todo, pero no nos pudimos comunicar con nadie”, explica el dueño de este comercio ubicado en la esquina de Lavalle y Boulogne Sur Mer, donde reconoce que “no suelen haber muchos cortes”.

A pesar de las artimañas que ensayó junto a su familia y empleados, Varela reconoce que, de todas formas, irá a pérdida. “El negocio tiene cuatro heladeras inmensas y el grupo electrógeno solo puede abastecer a una. Perdés no solo la mercadería que se echa a perder, que es casi toda, sino que la gente en estos casos no sale a comprar, cocina lo del freezer que se te está descongelando”, se lamenta. Y completa: “En este momento prefiero no hacer números, tenemos carne, pollo, no quiero ni pensar”.

Si bien para las 18, el mapa de cortes de la zona era heterogéneo, con manzanas donde la mitad de los usuarios contaba con el servicio y la otra, no, en el radio de un kilómetro a la redonda, casi todos los semáforos de la zona para aún no funcionaban. “Fue un día drástico, con el calor que hace, no hay venta porque la gente no viene a comprar”, relata Ulises, dueño de la verdulería Fran Lu, donde la luz se cortó a las 14.

Los productos más afectados son los champiñones, las frutillas, todas cosas que son caras y van en la heladera, donde va la mercadería más costosa”, detalla. Al igual que Varela, de la fábrica de pastas, intentó comunicarse con Edesur sin suerte. “Llamé por teléfono, me daba ocupado, con la línea saturada, hasta que dejé de llamar”, cuenta con resignación. Sobre las pérdidas, dice que “aún no se puede calcular”, pero no se imagina el mejor escenario: “Hay tres heladeras llenas, si no vuelve rápido la luz, se va a perder todo”.

 

Fuente:

La Nación

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