En un Diplomado de Políticas Públicas pensado para funcionarios, un vecino que decidió cursarlo ideó un sistema de transporte urbano de pasajeros “superador del actual”. Y en breve realizará una convocatoria abierta para presentarlo y debatirlo con diferentes actores sociales.
Juan Quiñones inició su trabajo final de la diplomatura con la premisa de que “no puede proponerse ninguna revisión para el transporte público de pasajeros en Villa María sin conocer el crecimiento urbano y demográfico que tuvo la ciudad, sobre todo a partir de 2003 y 2004, luego del colapso del 2001, en una coyuntura internacional que aumentó los valores en dólares del precio de los granos y dejó excedentes que, en gran parte, se volcaron al negocio inmobiliario, por la desconfianza que generaron los bancos después del ‘Corralito’”.
El estudioso de los sistemas de transporte, quien además es licenciado en Desarrollo Local y Regional, indicó a continuación que “la concentración urbana local aumentó exponencialmente, se incrementaron los precios de las tierras, las propiedades y los alquileres, desplazando a los sectores de menores ingresos hacia la periferia”. Señaló además que, “por otras causas, ocurrió lo mismo con sectores de clase media, comerciantes e instituciones públicas como el Hospital Pasteur, la Universidad Nacional e importantes superficies comerciales”.
Hizo notar seguidamente que “el eje de la ciudad ya no es el ferrocarril, sino la Autopista, por lo que el crecimiento urbano se ha desplazado hacia el norte y también hacia sus extremos (hacia Córdoba y hacia Rosario), característica que marca que hemos dejado de ser una pequeña ciudad con todas sus actividades concentradas en el Centro, cuestión que es clave en el cambio que proponemos”.
Característica de la oferta actual
Consideró que “el principal problema del transporte público local en la actualidad es su bajo nivel de conectividad, debido a que sus recorridos fueron planificados desde el Centro a la periferia, siendo que el damero por donde deben circular las unidades es ortogonal, lo cual es lo mismo que pretender colocar una figura cuadrada dentro de un triángulo”. Y puntualizó: “la planificación desde el Centro a la periferia solo puede hacerse en ciudades que tienen un trazado en diagonales, como La Plata”.
“La dificultad que presenta el damero local es que se puede viajar en línea recta, pero en una sola dirección, por lo que cuando se quiere viajar en distintas direcciones, exige moverse en forma de “L” (como el caballo de ajedrez o como nos indica el GPS si viajásemos en auto), y esto alarga las distancias y tiempos de viaje, con lo cual se hace imposible aumentar las frecuencias”, sostuvo Quiñones.
Tomando en cuenta entonces que los recorridos actuales van desde el Centro a la periferia y que el único punto de trasbordo y combinación con las otras líneas está en el mismo Centro, el diplomado explicó que “se alargan las distancias y los tiempos de viaje, cuando se necesita acortarlas”. Entonces, afirmó que “es necesario multiplicar los puntos de trasbordo de pasajeros, para acortar distancias y tiempos de viaje”.
Metrobus: la nueva propuesta
Propuso, a continuación, que “para mejorar la conectividad es necesario invertir la planificación para organizarla ahora desde la periferia y no desde el Centro”.
“La primera pauta la proporciona el nuevo eje de la ciudad (sentido Córdoba-Rosario), que permite una circulación en línea recta, pero en ambas direcciones, por lo que se puede convertir en un corredor troncal, con carriles de circulación exclusiva para acortar distancias desde los barrios de la zona norte y sur de la ciudad, con una red que haga de colectora y distribuidora del corredor troncal, a la manera de un Metrobus, articulando así los distintos puntos de la expansión urbana que hoy no cuenta con este servicio vital”, describió.
Y manifestó que “sin la participación de los usuarios, trabajadores y empresarios, ninguna planificación del transporte público de pasajeros puede ser exitosa”, para señalar que “esto incluye miradas distintas de una misma realidad, a través de las cuales hay que analizar los objetivos, experiencias de otras ciudades y alternativas posibles”.
“Tenemos, sí, un diagnóstico que sirve de base para hacer realidad el derecho a la movilidad y la igualdad de oportunidades para todos los habitantes de esta ciudad. Es un punto de partida en el que hay que trabajar en talleres de participación social, con objetivos, experiencias y alternativas para dar el siguiente paso. En breve estaré convocando a todos los ciudadanos interesados y a las autoridades que quieran asistir para exponer mis conclusiones sobre un mapa de la ciudad y escuchar ideas enriquecedoras”, concluyó.
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