Este 2022 se celebra el centenario de la puesta en marcha de la red de buses de Barcelona. El primero de estos fue un vehículo de dos plantas de la compañía inglesa Tilling Stevens.
En el inicio de esta segunda mitad del siglo XX la empresa que gestionaba la movilidad pública en Barcelona era la Compañía General de Autobuses (CGA), que puede considerarse, en parte, una antecesora de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB). En 1922, pues, cuajó una idea que en las dos primeras décadas del siglo se había gestado, pero que no había terminado de tomar forma. Ya se había intentado dibujar una red urbana, sin éxito.
Pero si hay una palabra que definía la ciudad en esta primera mitad del siglo pasado es inestabilidad, y los buses (y su gestión) no fueron una excepción. Ya durante los primeros años de su funcionamiento, pero también durante la década de 1930, los vehículos sufrieron todo tipo de sabotajes e incautaciones. También hubo momentos de colectivización del servicio.
La dictadura franquista fue uno de los momentos más duros; en un contexto de penuria económica y social y de escasez de combustible, perdieron protagonismo en detrimento de los trolebuses, que se alimentaban de la energía que cogían de las catenarias.
Hacia finales de la década de 1950, cuando el régimen franquista impulsó la política » desarrolista«, para el bus fue una bocanada de aire. Se recuperaron rutas, se municipalizó el servicio y se compraron nuevos vehículos .
El salto adelante, el que empezaría a dejar entrever que se quería avanzar hacia un modelo moderno, comenzó en 1976 y duraría hasta 1991, justo antes de los Juegos Olímpicos. La red se expandió y mejoró, dando una mejor cobertura. En definitiva, un servicio público mucho más digno.
La celebración de los Juegos del 92 fue un punto de inflexión, con los buses cogiendo un nuevo rol y con la llegada de conceptos como la accesibilidad, la proximidad y la integración tarifaria con los demás servicios de TMB.
La última evolución es la transformación en el modelo actual, la red ortogonal, que empezó a funcionar en octubre de 2012. Barcelona tiene autobuses que realizan trayectos de sur a norte (al revés), de este a oeste (al revés) y recorridos en diagonal.
La red operada por TMB tiene, a día de hoy, 106 líneas , 2.653 paradas y se alarga por más de 839 kilómetros . En hora punta, TMB calcula que circulan 907 de los 1.135 autobuses de su parque. El organismo cree que en este 2022 se harán 147 millones de viajes.
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