Mañana habrá audiencia en el ministerio de Trabajo para un nuevo capítulo del conflicto que se suscitó luego de que la Fatap revelara que ni siquiera está en condiciones de pagar los salarios a los choferes. El empresariado exige incremento de subsidios por la situación del sector que agravó la pandemia. Empero los fondos del Estado para sustenar la actividad privada se revelan como un eje de la pulseada desde hace años.
Los empresarios del autotransporte de pasajeros del interior calificaron como «aspiracional» la Paritaria 2021 que la Unión Tranviarios Automotor (UTA) acordó días atrás. En esa postura consideraron que hoy ni siquiera pueden cumplir con el pago de salarios a sus trabajadores en virtud de la Crisis Covid-19 y reclamaron una vez más el refuerzo de subsidios estatales para sus compañías.
El desencadenante fue el requerimiento gremial para trasladar a todas las provincias la mejora de sueldos que ya rige en el AMBA, por un cuatrimestre y en valor del 35,1 % más una suma no remunerativa de $30.000, se pactó en 5 tramos para los choferes de corta y media distancia.
En el esquema que destacó esa conducción sindical el básico de los conductores llegará a 90.000 pero recién en noviembre.
En efecto, la validación paritaria no corresponde según lo explicitó la Federación Argentina de Transporte por Automotor de Pasajeros (Fatap), al considerar que no hubo cambios en la crítica situación de sus empresas “para hacer frente a compromiso alguno”.
El eje de la cuestión como sucede desde hace años en este rubro del transporte son los subsidios, que el empresariado exige incrementar a punto tal de que respecto a la Paritaria 2021 la consideran tan lejana desde la mensura de que “ni siquiera pueden pagar los salarios”.
Cuando BAE Negocios publicó el miércoles las críticas de la agrupación opositora a la conducción de la UTA, el bloque que lidera Miguel Bustinduy, bautizado como “Juan Manuel Palacios”, entre los pedidos de renuncia, objeciones por el funcionamento de la obra social y otros tópicos se revelaba que «fuera del AMBA» la cúpula gremial que lidera Roberto Fernández “no gravita”, ni en materia de salarios o condiciones de labor.
La Fatap comunicó que “se requerirá del inmediato cumplimiento del aporte previsto para abril y mayo en forma conjunta para superar el desequilibrio provocado ante la afectación de la cadena de pagos durante todo el período de abril y las dificultades generadas para cumplimiento de los compromisos salariales”, lo cual no deja espacio para otras lecturas.
De hecho la situación preexistente en la UTA con la rebelión de seccionales del interior que apuntan a Fernández y el resto de los sindicalistas que lo acompañan por no tutelar a sus representados frente a los recortes de servicios y pago de salarios que detonaron medidas de fuerza en seccionales.
La secuencia del conflicto, con final abierto, sumará una nueva instancia de negociación este viernes a las 12.30 con la intervención de la cartera laboral a cargo de Claudio Moroni y el ministerio de Transporte al mando de Alexis Guerrera.
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