Dado que es un espacio cerrado con a priori poca ventilación se plantean algunas dudas
¿Transporte público o vehículo privado? El debate está servido a raíz de la pandemia de coronavirus y su contagio a través del aire que respiramos. Ante esta situación se ha confirmado lo que vaticinaban varios estudios. Una caída del primero, en beneficio del segundo.
Ante esta situación la compañía de autobuses Alsa ha realizado estudios para medir la calidad de aire, y los resultados concluyen que el aire interior en sus vehículos de largo recorrido se renueva totalmente cada tres minutos como mínimo, según las mediciones realizadas por la entidad de salud y prevención externa Cualtis.
Calidad interior del aire
Las mediciones se han realizados con dispositivos homologados en distintos trayectos de la compañía y han concluido que la tasa de renovación del aire en la cabina de un autobús estándar se produce cada dos o tres minutos, tasa muy superior a la que se da en el interior oficinas, restaurantes o supermercados.
Así, por ejemplo, en un trayecto Madrid-Valladolid con una media de 50 pasajeros a bordo, el estudio ha comprobado que se produce una renovación total del aire interior cada 2,9 minutos, lo que supone una media de 20 renovaciones completas por hora.
Según Alsa estos valores mejoran notablemente el valor de referencia de la Universidad de Harvard y el IDEA-CSIC, que establece en cinco las renovaciones por hora como nivel de ventilación aceptable para minimizar el riesgo de contagio en espacios cerrados, como aulas escolares.
Filtros de carbón bioactivos y purificadores de aire
Desde la empresa confirman que en todos sus autobuses de largo recorrido se han sustituido los filtros convencionales del sistema de climatización por nuevos de carbón bioactivo, por los que se filtra permanentemente el aire durante el viaje y se elimina el 99% de las partículas.
A esto se añade la instalación adicional de un equipo de purificación de aire ECO3 que, a través de la ozonización e ionización, produce una reducción del 99,6% de la carga vírica, según acreditan los análisis realizados por el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA).
Circulación individualizada
Por otra parte, el aire que entra por la parte superior del vehículo desde el exterior, y que es renovado y filtrado de forma permanente durante el trayecto, llega al viajero de forma individualizada desde la parte superior de la cabina, canalizándose de forma vertical hacia cada asiento. Gracias a este sistema de circulación se evita que el aire que recibe cada viajero se comparta con las personas de al lado, tal y como se muestra en la infografía adjunta.
La actuación combinada de todos estos sistemas garantiza que la calidad del aire en el interior de los autobuses es óptima, y los viajeros tienen un elevado nivel de protección frente al contagio.
A todo esto se añaden las habituales medidas y protocolos como son la limpieza y desinfección reforzada de vehículos y superficies, la instalación de mamparas y de dispensadores de gel hidroalcohólico, entre otras, junto la obligación de que los pasajeros lleven la mascarilla durante todo el trayecto.
Fuente:
Car And Driver
ALSA