Gerardo Ingaramo, el vicepresidente primero de la Federación Argentina de Transportadores por Automotor de Pasajeros (Fatap) aseguró que hay un quebranto generalizado en las prestatarias.
Gerardo Ingaramo es el vicepresidente primero de la Federación Argentina de Transportadores por Automotor de Pasajeros (Fatap), que aglutina a las empresas prestatarias del transporte urbano de pasajeros del interior del país.
En el marco del paro nacional lanzado por el gremio de choferes UTA, el empresario de Autobuses Santa Fe fue categórico al analizar la situación que vive el sector.
Aseguró que hay un quebranto generalizado en las prestatarias.
-¿Qué tan grave es la situación en las empresas?
-El transporte perdió 4 mil millones de pesos por mes en recaudación, desde abril a la fecha. Ahí tenés 12 mil millones de pesos de pérdida en ingresos. Y lo que llega por subsidio, que son 1.600 millones de pesos de la Nación más 800 millones que ponen las provincias, llegamos a cubrir el 70 por ciento de los sueldos. Encima estamos endeudándonos en Afip. A su vez, debe hay deudas entre proveedores, acreedores de unidades y créditos prendarios, en el orden de los 5 mil millones de pesos. Si vamos a la realidad, el transporte está hoy técnicamente quebrado. No hay posibilidad de funcionar ni prestar servicios. En Amba, una unidad percibe 560 mil pesos promedios, y en el interior, estamos en el orden de los 140 mil pesos.
-¿Es comparable la situación a la crisis de 2001?
-En 2001 el boleto salía un peso, y un remise salía un peso. Pero había pasajeros, hoy no los tenemos. En 2002, arrancaron los subsidios, con una proporción de un 20 por ciento para el interior, 80 por ciento para Amba. Y llegó al 38 por ciento en 2018. El año pasado fue horrible y hoy estamos 17 por ciento, menos que en 2002. Si se equilibraran los subsidios y tarifa, se podría avanzar.
-Difícil que en este momento la Nación decida un aumento de tarifa en Amba…
-Sí, es difícil. En este momento, lo que tenemos que buscar es una salida con aportes de cualquier nivel del Estado. O a través del programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP), para hacerle frente a estos 60 días para abonar salarios, aguinaldos y algunos retrasos. Y acordar con el gremio un plazo de pago, como todo el mundo lo está acordando.
-¿El gremio estaría dispuesto?
-Hay un problema. La resolución 140, que renovó los subsidios nacionales, no está reglamentada y no tenemos fecha de pago. Ni siquiera hemos hecho propuesta de fecha de pago de sueldos. Según la reunión del miércoles con el ministro Mario Meoni y el subsecretario Gabriel Bermúdez, el 10 estarían los fondos. Pero hasta ahora no lo tenemos claro y sin eso no podemos programar. Creo que el salario se va a pagar en dos veces como se hizo el año pasado. Y tenemos de ver de dónde conseguimos los fondos, o con un anticipo, solamente para abonar a los trabajadores, ni siquiera para un sector que está quebrado y no puede seguir así.
«Tenemos de ver de dónde conseguimos los fondos, o con un anticipo, solamente para abonar a los trabajadores, ni siquiera para un sector que está quebrado y no puede seguir así».
-¿Qué respuesta tuvieron de Meoni?
-El ministro nos dice que no tiene herramienta legal ni económica para más aportes para el interior. Como sí lo tiene el Amba a través de distintas resoluciones y fideicomisos. De hecho, le reconocieron 3.400 millones de pesos por caída de recaudación, que es lo que pedimos nosotros. Que nos den un fondo similar, por más que en nuestro caso es mayor la caída porque el boleto es más caro. En nuestro caso, el 65 por ciento de los ingresos es por tarifa y el 35 por ciento es por subsidios. En Amba, 70 por subsidios y 30 por tarifa.
-Con lo cual, les queda negociar con las provincias.
-Sí, desde la Nación nos dicen que negociemos con las provincias porque les dieron los ATN. Las provincias nos dicen que no tienen plata. Estamos en el medio de una coyuntura difícil de llevar adelante. Creo que poniendo un poco de voluntad y esfuerzo se puede destrabar.
Fuente:
La Voz