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«El que se anima a salir no hace más de dos viajes por día y con suerte junta 300 pesos. De ahí tiene que pagar la nafta y después vas a comprar un barbijo y te piden 100 pesos…»
El que le pone cifras a la situación es José Ibarra, titular del Sindicato de Conductores de Taxis de la Ciudad y presidente de la Federación Nacional. «En la Ciudad se nota mucho porque en días de mucha demanda los taxis pueden hacer un millón y medio de viajes por día. Pero la situación es desesperante en todo el país», agrega Ibarra.
El dirigente dice estar de acuerdo con las medidas que está tomando el Gobierno pero reclama algún tipo de ayuda para un sector que, dice, quedó en el olvido.
«El 80% de los taxistas son monotributistas de las categorías C y D, por lo que quedamos afuera de la ayuda para las categorías más bajas. Y el sueldo de los choferes es lo que ganan en la calle por lo que tampoco les sirve las ayudas para pagar salarios», explica.
Asegura que como sindicato pidieron audiencias ante el Gobierno Nacional y el de la Ciudad pero que aún no recibieron respuestas. «Nuestra actividad está totalmente blanqueada. Pagamos Patente e Ingresos Brutos, cuotas del seguro de entre 7 y 10 mil pesos y muchos choferes están afrontando cuotas de créditos que tomaron para renovar sus coches», enfatiza.
Al Gobierno Nacional le piden que habilite algún tipo de crédito a tasa 0 para poder afrontar los meses sin trabajo. Y al de la Ciudad la eximición de los pagos de impuestos mientras dure la cuarentena.
«Detrás del reclamo hay 120 mil familias en todo el país que la están pasando mal porque se quedaron sin ingresos», asegura Ibarra.
A diferencia de colectivos, subtes y trenes, el taxi como medio de transporte público no está subsidiado. De ahí, dice Ibarra, la urgencia por un pedido de ayuda estatal.