Los autobuses eléctricos son por fin una opción más barata que los diésel. Así queda respaldado en el último informe del C40, la organización que reúne a las 40 metrópolis más importantes del mundo. El coste disminuye progresivamente con el crecimiento de la tecnología.
A pesar de que el coste inicial sigue siendo aún mayor, el coste operativo final de un autobús eléctrico puede ser inferior al precio de un autobús diésel. La opción más verde es por fin también la más barata para nuestras ciudades. Así lo afirman en el informe Electric Buses in Cities elaborado por el C40, la organización que reúne a las 40 principales metrópolis del mundo, incluyendo Madrid, Barcelona Milán, Roma, Londres y París.
Elección verde, elección económica
El autobús eléctrico puede ser la mejor opción para nuestras ciudades. Con la intención de desbancar la primacía del Diesel, se esfuerzan por disminuir continuamente los costes de producción y de operativa frente a la subida del coste del combustible. La «pelea» en este momento sigue siendo un enfrentamiento directo con los vehículos eléctricos, generalmente más caros de comprar, pero menos costosos a lo largo de su vida útil. De acuerdo con el C40, sin embargo, el hundimiento del coste de las baterías reducirá aún más la brecha y a partir de 2025 el coste de compra también será similar.
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Según el informe, incluso los autobuses más caros, los de 350kWh que se recargan por la noche al final del servicio, ya son más económicos a lo largo de sus vidas útiles en aquellos países del mundo donde el diésel cuesta más de 0,5 euros por litro. Esto significa que, incluso en su configuración más costosa, un autobús eléctrico ya es una opción económicamente más sabia para las ciudades que tienen que lidiar con los altos precios del combustible.
Bus eléctrico: asusta el coste inicial
Por lo general, las ciudades pequeñas se siguen asustando de los altos costes iniciales y la dificultad de acceso a los autobuses eléctricos. Sin embargo, según el informe, están surgiendo nuevos hábitos, incluido el de formar equipo entre varias ciudades y aliarse a la hora de comprar para obtener así precios más bajos. El problema sigue siendo, hasta la fecha, las baterías, que siguen siendo el componente que más afecta el precio de compra y el funcionamiento de un autobús eléctrico.
El problema, sin embargo, ya es menos incisivo que hace algunos años; no hay más que pensar que, si en 2016 las baterías de un autobús se cargaban con un coste del 26%, hoy en día la cifra está en torno al 8%. Una cifra destinada a caer nuevamente en los próximos años. Para aquellas ciudades que todavía tienen problemas con la compra de baterías, también existen ya opciones de alquiler que permiten reducir aún más los costes.
La recarga inalámbrica es ya una realidad
Pronto también una de las preocupaciones de los vehículos eléctricos podría ser historia. Los largos tiempos de recarga obligan a los vehículos más grandes a paradas prolongadas mientras se cargan. La recarga generalmente se lleva a cabo de noche durante varias horas. Sin embargo, la tecnología de hoy puede ofrecernos una recarga inalámbrica. El problema de la conexión inalámbrica, sin embargo, es la pérdida de eficiencia, pero están saliendo a la luz sistemas capaces de garantizar un rendimiento similar a la recarga tradicional.
El primer sistema de este tipo se ha instalado en la ciudad de Wenatachee, en Estados Unidos. Permitirá que los autobuses de 200kWh se recarguen sin tener que conectarse físicamente la red con una eficiencia que, según los fabricantes, podría permitir otro viaje del autobús tras un tiempo de carga de tan solo 5 minutos.
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