En el caso de Madrid, esta propuesta consistirá en una experiencia piloto que pretende aprovechar la flota de autobuses de la EMT (1.900 vehículos) para monitorizar la calidad del aire, los niveles de polen y datos meteorológicos gracias a la instalación de unos sensores en los autobuses. Dado que los vehículos de la EMT están en constante movimiento por la ciudad y que estos están conectados en tiempo real con servidores de la EMT, estos medidores permitirán hacer una importante recogida de datos en tiempo real sobre niveles de dióxido de nitrógeno y ozono; niveles de polen, y diferentes parámetros meteorológicos (humedad relativa del aire, temperatura o índice de radiación UV). En caso de que el proyecto piloto avance favorablemente, el Ayuntamiento de Madrid y la EMT tienen previsto tener en circulación a principios de 2016 varios autobuses con estos dispositivos.
Este conjunto de datos permitirá crear análisis dinámicos de información, modelos ‘big data’ o sistemas predictivos, para ofrecer esos valores al ciudadano, mediante un modelo abierto, con el fin de que las administraciones y otros proveedores lo integren y ofrezcan servicios tales como información sobre el estado del aire y la concentración de pólenes; alertas y recomendaciones sanitarias y otros asuntos relacionados con la prevención y la salud pública.
La EMT participa en este proyecto de la mano del Ayuntamiento de Madrid (el área de Medio Ambiente y Movilidad, a través de la Dirección General de Sostenibilidad y Control Ambiental, y Madrid Salud) y de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid (Red Palinocam). Por otro lado, durante este martes y este miércoles, días 13 y 14 de octubre, Madrid acoge una reunión de trabajo del consorcio completo de este proyecto, de la que la EMT es anfitriona, con la vista puesta en la primera revisión formal del proyecto por parte de la Comisión Europea, que tendrá lugar el día 12 de noviembre en Tokio.