Conocé la historia de un exchofer, exbombero y coleccionista argentino

Daniel Cassinelli es de Monte Grande y su casa se convirtió en un museo: tiene la colección más grande de cascos de bomberos de toda la Argentina.

Trabajó durante cuarenta años como bombero voluntario en el cuartel central de Monte Grande. Fue chofer en la línea 501 durante tres décadas. Daniel es el mayor coleccionista de cascos de bomberos de la Argentina pero también es un coleccionista de historias.

Vive en la calle Chimondegui y toda su vida transcurrió en esa calle. Creció, se educó y se convirtió en un hombre dedicado a ayudar, con vocación y amor hacia el prójimo.

«Descubrí que quería ser bombero casi de casualidad, como una aventura estudiantil” cuenta y agrega «Me acuerdo que ingresé el 8 de mayo de 1970, el Día de Nuestra Señora de Luján, por eso también soy muy devoto de ella”.

Poco a poco fue descubriendo que ese era su lugar, pasó por distintos rangos hasta llegar a comandante. En paralelo se desempeñó como conductor en la empresa Monte Grande. «Recuerdo que trabajaba mucho,llegaba, dormía menos de cuatro horas y me iba al cuartel. No importaba, solo me interesaba ayudar”.

Ambos lugares le dejaron grandes amigos, en especial, el de bombero. Tiene conocidos en todos los destacamentos de las zonas cercanas y en otras provincias también. Algunos de ellos fueron quienes lo ayudaron a comenzar con este «mini museo” que tiene en su casa.

Ante la pregunta de cómo se inició con este proyecto, él contesta. «Yo había conseguido un equipo autónomo de respiración para circuitos cerrados, y un bombero de Lomas de Zamora, me lo cambió por un casco. En ese momento comenzó la colección”. Según afirma es necesario armarse de persistencia, andar mucho y gastar un poco de dinero para obtener estas reliquias.

«Tengo sesenta y cuatro cascos de todas partes del mundo, los que más abundan son los de Argentina y Alemania. El más antiguo data de finales de 1800. Del único lugar que aún no logré conseguir es de África”.

Además cuenta con más de trescientos parches, jerarquías de diferentes lugares y gorras. «Tengo de Brasil, Uruguay, Cuba, y hasta de Luxemburgo. Conseguí también dos relojes que tienen talladas la historia de las escaleras y de los autobombas”.

Su hogar se convirtió en un espacio para remontarse a épocas pasadas. No hay otro igual en la Argentina, ya participó de exposiciones en La Rural y en Salto Argentino, pero ninguna se compara a los recuerdos que Daniel tiene.

Pero su amor hacia el «trabajo” de bombero no quedó ahí. En el año 2008, y gracias a su iniciativa, levantó el monumento al bombero que se encuentra en la plaza Mitre de Monte Grande, además lo lleva tatuado en la piel. «Fue una forma de recordar a todos los hombres del mundo que elegimos y eligen este camino de rescatar personas”.

Según cuenta va continuar con la colección y ya tiene decidió a dónde va a donar este muestrario. «Pensé en la Fundación Favaloro, en el Garrahan y otras tantas organizaciones. Pero al final me incliné por el cuartel de bomberos de la Boca. Ese va a ser su lugar”.

 

Fuente:

El Diario Sur

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